¡Mi aldea!…
¡Cuánto el alma se recrea
al volverte a contemplar!…
¡Mis lares,
después de cruzar los mares,
otra vez vuelvo a mirar!…
Pensando en ti noche y día,
aldea de mis amores,
mi esperanza renacía,
se aliviaban mis dolores,
Pensando en ti, mar serena,
pensando en ti, bello cielo,
era más dulce mi pena
y menor mi desconsuelo.
Siempre en mi aldea pensaba,
siempre ambicioné volver,
y este momento soñaba
de otra vez mi aldea ver.
No importa.
que el mozo fuerte vuelva viejo,
si alegre
el corazón salta en mi pecho.
No importa
mi lucha por lograr el oro,
si al cabo
hoy vuelvo rico y poderoso
No importa
lo que tuve que penar,
lo que importa es que ya vuelvo
para no marchar jamás.
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