Entrevista a Ignacio Para Rodríguez-Santana. AtuSalud. La Razón


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¿Cómo calificaría la situación del Sistema Nacional de Salud?

El SNS está en una situación muy delicada y de extremo peligro: Listas de espera interminables, sobre todo en algunas especialidades, falta de médicos, también sobre todo en algunas especialidades, y de enfermeras, graves problemas en la Atención Primaria y la coordinación con los centros de especialidades y con los hospitales, burocratización de su funcionamiento, funcionarización de los profesionales, limitaciones en la gestión y en la trasparencia de resultados, etc. Y no valen parches, es necesario una nueva ley General de Sanidad, un nuevo modelo para nuestro Sistema Sanitario, Público y Privado.

¿Y las medidas puestas en marcha hasta ahora por la ministra de Sanidad?

Son medidas puntuales, algunas de las cuales se debían haberse hecho antes, como la creación de la especialidad de Urgencias, pero que no van a resolver los problemas principales que adolece nuestro Sistema Sanitario.

¿Es necesario un Pacto para enderezar la Sanidad Pública? ¿Es factible con las mimbres actuales? ¿Qué asuntos requieren un acuerdo y un consenso a largo plazo en tema sanitario?

Sería necesario. pero yo creo que, tal como está la situación política en España, no es posible el tan demandado “Pacto Sanitario” tanto por el Partido Socialista como por el Partido Popular. Los problemas de la Sanidad se utilizan por los partidos como arma arrojadiza en sus debates políticos. Sería deseable, no obstante, que se pusieran de acuerdo sobre políticas sanitarias que supongan una mejora del sistema y sería deseable que se hiciera entre las Comunidades Autónomas, creando los grupos de trabajo necesarios para ello e instrumentando los procedimientos para su aprobación y posterior aplicación. Hubiera sido importante que el Ministerio asumiera el liderazgo en este asunto, pero, hoy por hoy, no lo veo viable.

¿Qué tres puntos rojos de la Sanidad habría que mejorar cuanto antes?

Son muchos y no me atrevería a condensarlos solo en tres, pero abreviando, diría que los puntos rojos son las listas de espera, la dotación de profesionales, el acceso a los medicamentos innovadores, la reorganización de la Atención Primaria, el desarrollo de la prevención de las enfermedades y la priorización del diagnóstico precoz.

Justo antes de las vacaciones de agosto, el Gobierno anunció que había acordado la distribución de 172 millones de euros para la atención primaria entre las comunidades autónomas. ¿Es suficiente?

La Atención Primaria necesita una transformación muy importante. Ha de convertirse en el “eje del Sistema”, con una labor proactiva de promoción de la salud y prevención de enfermedades de la población que tiene asignada, analizando los riesgos de enfermedad de su población, en función de los riesgos asociados a su edad, sexo, hábitos, entorno, y riego cromosómico, etc. Es necesario “empoderar” al médico de AP y ampliarle la capacidad para la realización de pruebas diagnósticas. El médico de AP debería ser el médico en el que centralizasen todos los episodios de sus pacientes, coordinando la atención a los mismos en el resto de especialistas y dispositivos sanitarios (hospitales, centros de salud mental, centros de especialidades, etc.). Distribuir 172 millones de euros aprobados por el Ministerio para la Atención Primaria en las 17 comunidades autónomas no es más que una venta a la galería para salir en los periódicos.

La oferta de plazas MIR para Medicina Familiar y Comunitaria fue tan solo 16 más respecto a la convocatoria anterior. ¿Le parece que con esta medida se puede reforzar las plantillas? ¿Cuántas más serían necesarias?

Creo que el sistema MIR, de tanto éxito en el pasado, necesita muchas reformas, tanto en el acceso, como en su realización. Hay que adaptarlo a las nuevas circunstancias, La ciencia médica avanza de manera espectacular, surgen nuevas especialidades y super especialidades, muchas se van entrelazando y los conocimientos y el abordaje de los enfermos y las enfermedades es mucho más trasversal. Creo que el sistema MIR se está volviendo obsoleto. En enfoque de especialidades por órganos, seguido en la organización hospitalaria, es un enfoque del siglo pasado y que no responde a los avances en marcha de la medicina. También creo que, como dije anteriormente, la Atención Primaria requiere una profunda y urgente transformación. No lo vamos a resolver solamente con más profesionales, ni con más dinero. El dinero sin reformas es absolutamente ineficaz. Necesitamos una organización mas eficiente que de unos resultados mas efectivos que los actuales.

Mientras, los ciudadanos seguimos viendo que en los centros de salud no cogen el teléfono o directamente ni les suena. ¿Qué se puede hacer?

Esto es sencillamente alucinante. Ante estos hechos, lo que están haciendo los ciudadanos es suscribir pólizas baratas de seguros que les permita incluso ir directamente al especialista. Pero con ello se está trasladando el problema a los centros privados, que cada vez aumentan fuertemente los tiempos de espera, sobre todo en algunas especialidades como por ejemplo dermatología.

¿Tiene el SNS suficientes fondos para hacer frente al envejecimiento poblacional y la cronicidad de las enfermedades? ¿En cuánto habría que incrementar el % del PIB destinado a Sanidad?

Por supuesto, creo que, como todas las voces autorizadas reclaman, es necesario un aumento de la financiación. La mayoría de las Comunidades autónomas han venido gastando bastante más de lo inicialmente presupuestado por cada una. La realidad se impone sobre los condicionamientos políticos. Hay que acabar con este problema crónico desde hace muchos años. Estamos por debajo de la media de la UE en porcentaje del PIB, y muy por debajo si consideramos solo la zona euro. Parece que todo el mundo y la OCDE recomiendan subir dos puntos el porcentaje del gasto sanitario del PIB. Pero solo aumentando la financiación, si no hay reformas de calado de fondo, no lograremos nada. No podremos hacer frente a la cronicidad ni a las necesidades de una población envejecida.

¿Qué papel juega la Sanidad privada? ¿De qué modo puede ayudar a mejorar la situación de la Sanidad Pública sin “comerse” gran parte de los fondos de la pública ni empeorar ella, la privada, sus servicios respecto a sus aseguradores?

No creo que la Sanidad privada se “coma” ningún fondo de la pública pues lo que hace es dar servicio a los pacientes de la pública cuando se supera la demanda a la oferta de la Sanidad pública. Acudir a la contratación de servicios con la Sanidad privada es un buen recurso sobre todo cuando los costes que paga a la privada por la derivación de enfermos, son inferiores a los que asumiría la pública por los tratamientos derivados. El debate público-privado es un sinsentido, es un debate político basado en ideología y no en razonamiento.

Por cierto, ¿qué se puede hacer para que las listas de espera en la pública y en la privada no sigan yendo a más?

Racionalizar los recursos, los procedimientos, los procesos de atención médica, las capacidades de la tecnología. Hay que ser más eficientes para sí logra ser más eficaces. Además, hay que informar sobre qué listas y para qué. Hay que priorizar lo importante y dar un buen servicio. Sacarlas del debate político y exigir profesionalidad, experiencia y conocimiento a los que rigen los Servicios de Salud de las Comunidades Autónomas y son responsables de las políticas aplicadas.

En cuanto a los cribados oncológicos, solo cinco comunidades autónomas, así como Ceuta y Melilla, ofrecen mamografías a las mujeres desde los 45 años, pese a que en noviembre de 2022 la UE sugirió extender la recomendación actual de 50 a 69 años a 45-74 años. ¿cómo evitar que cada CC AA vaya a su ritmo en la implementación de las recomendaciones europeas? ¿Cómo mejorar los cribados, que lleguen a más población y que los ciudadanos quieran hacerse las pruebas?

Los cribados no se pueden decidir solo por la edad sino por los riesgos de los grupos de población. Las Consejerías, los políticos, van en su mayoría, a soluciones fáciles. Todos los cribados se deberían de gestionar desde la AP, en coordinación con Salud Pública, y sobre una base de gestión de la población. Cada Comunidad Autónoma hace la guerra por su cuenta- Un caso paradigmático es el del cribado neonatal, donde las diferencias de los programas de cribado entre comunidades van desde las 40 pruebas de Murcia a las 8 de Asturias, según un importante estudio realizado en 2022. Ahora el Ministerio amolio de 7 a 11 las pruebas obligatorias. Por supuesto que debería haber una coordinación entre todas las CC. AA. En esta materia y en muchas otras. Desgraciadamente no la hay de manera suficiente. El código postal sigue siendo importante para la vida o la muerte.

Las guías internacionales aconsejan implementar programas de cribado frente a enfermedades de salud cardiovascular, etc. Aunque sea de forma oportunista. Frente a estas enfermedades o las neurológicas, ¿no es más barato a la larga estos programas que actuar cuando ya es tarde, y no solo los pacientes tienen peor pronóstico, sino que los tratamientos son, a su vez, más costosos?

Desde luego, las acciones más importantes para reducir la morbilidad y la mortalidad, así como reducir el gasto sanitario, es desarrollar una política proactiva, no solo reactiva. Las acciones de promoción de la salud y prevención de enfermades van permitir, no solo no enfermar sino, en la vejez, disfrutar de una vida saludable y ausente de policronicidad. Pero el diagnóstico temprano es fundamental para atacar la enfermedad antes de que ésta se desarrolle y tener más éxito en su curación evitando los costosos gastos que estas enfermedades, generarían una vez desarrollada. El ejemplo más paradigmático es el de las enfermedades oncológicas-

Lo mismo pasa con el cáncer de pulmón. ¿Cómo es posible que siga sin implantarse su cribado pese a causar más muertes que el de colon, mama y útero juntos?

Lo anteriormente dicho es totalmente aplicable a las enfermedades oncológicas. Al igual que se ha visto la utilidad del cribado de cáncer de colon, el cribado de cáncer de pulmón a personas de riesgo, mediante la utilización de tomografías computarizadas de baja radiación, sería muy beneficioso al permitir un diagnóstico precoz, lo que supone un enorme beneficio para el paciente y un sustancial ahorro de costes futuros. Afortunado el que por su situación geográfica puede beneficiarse, o por su seguro privado de salud.

¿Cómo hacer más eficiente el SNS? ¿Cuáles son los desafíos o los retos del sistema sanitario?

No solo es necesario hacerlo más eficiente, sino también más justo, más y equitativo y más eficaz: Con modelos de gestión empresarial, con libertad de elección de médico y centro, compitiendo entre centros, integrando la gestión de los dispositivos de cada Área de Salud, con financiación capitativa de cada Área e Interfacturación entre Áreas de manera que el dinero siga al paciente. Con transparencia e información sobre capacidades, experiencia y resultados en salud a nivel de médico y centro. Creando redes de Centros de Referencia interconectados y alianzas entre centros. La libertad de elección es la que realmente hace equitativo el sistema sanitario. La libertad, la transparencia y la competitividad son las fuentes que alimentan la excelencia y la innovación, al tiempo que provocan la eficiencia necesaria para la sostenibilidad.

¿Cuáles son los peligros de dejar en la situación actual al SNS?

Acabaría siendo cada vez más caro y más ineficiente. La Sanidad Privada irá creciendo en volumen, tecnología, investigación y calidad de los profesionales. Los que puedan accederán a la Sanidad Privada (que también tendrá sus categorías), habrá más brechas entre Comunidades Autónomas y el SNS correría el riesgo de acabar convirtiéndose en un sistema de Beneficencia. Sin reformas profundas, será imposible garantizar la sostenibilidad financiera del SNS.

¿Puede seguir aumentándose la partida destinada a tratamientos farmacológicos innovadores? ¿Cómo lograrlo?

Las estrategias en relación con los tratamientos deben cambiar con el fin de distribuir y aumentar la financiación actual. No se puede rechazar la financiación de medicamentos solamente por el precio. Además, hay opciones, que vengo sugiriendo desde hace diez años, como el desfinanciando medicamentos de bajo coste unitario, pero de alto impacto económico, por su gran consumo, y aplicando ese dinero para financiar medicamentos innovadores que suponen la vida o la muerte de los pacientes. Hay que evitar el despilfarro y aplicar el gasto alí donde es necesario para la supervivencia del enfermo.

La Sanidad pública española era considerada la joya de la corona. ¿Qué se ha hecho mal?

Empeñarse en mantener un modelo ideológico desfasado, un modelo estatista, gestionado por la Administración Pública, con las limitaciones de una gestión y una contabilidad administrativa, con un régimen funcionarial administrativo y dependiente en todas sus acciones del poder político, no conlleva más que a la ineficiencia y el despilfarro. La Sanidad así se ha convertido en un arma arrojadiza en la política, donde ha primado la ideología, el ideologismo político, olvidando las virtudes de una gestión empresarial y una profesionalidad sanitaria basada en el conocimiento, la experiencia y el mérito. El afán de los políticos por poder y gestionar la primera actividad productiva y generadora de empleo de su Comunidad Autónoma, ha fortalecido este estatismo, tanto por unos como por otros, llegando a situaciones como la actual.

¿Sería necesario devolver competencias sanitarias de las CC. AA. al Ministerio de Sanidad? ¿Por qué?

No se trata de devolver competencias ni redistribuirlas. Lo que hay de desarrollar es un nuevo modelo sanitario de relaciones entre las CC.AA. y el ministerio. No valen parches. El sistema está mal diseñado y mal desarrollado. Ya lo avisó el informe Abril. Nosotros así lo dijimos ya en 2011 en la presentación del libro Modelo de Futuro de Gestión de la Salud, basado en las aportaciones de las 100 personas más relevantes en la sanidad de aquél momento, y en los sucesivos libros editados por la Fundación hasta el 2023 y que están a disposición de todo el mundo a través de Amazon.

La Ley General de Sanidad nunca fue reglamentariamente desarrollada, de manera que el reglamento vigente sigue siendo el antiguo de la Seguridad Social. Las competencias en sanidad están esparcidas entre varios ministerios y el Ministerio de Sanidad se ha ido detrayendo en competencias mientras las decisiones del Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud siguen sin ser vinculantes, aun habiéndolas aprobado por mayoría o incluso unanimidad.

Necesitamos abrir las conciencias para que entre un viento de libertad, de profesionalidad, en nuestro Sistema Sanitario, que barra el afán de poder político, el estatismo y la funcionarización, de manera que se pueda caminar hacia un Sistema Sanitario despolitizado, que, por su libre funcionamiento induzca necesariamente a la excelencia.

Belén Tobalina

btobalina@larazon.es

696750120

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A tu salud

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