Si no pudiera escuchar, si no pudiera leer, si no pudiera sentir de la vida el placer, no podría nunca amar ni podría nunca herir mi alma, ni padecer. Sentir la brisa del aire fresca al amanecer, gozar del olor de la tierra cuando acaba de llover, vivir con placer escuchando la música al atardecer. […]