A nada le tengo miedo, nada me da temor, ni espanto, ni pavor, pánico o consternación, Nada angustia me genera y aguardo con tranquilidad que llegue lo que me espera. Ante atrocidades y brutalidad, ante la ignominia y la crueldad, ante el engaño y la mentira, solo siento desprecio y repulsión, rechazo, repugnancia y aversión. […]