Me cansa, sí, repetirme
diciendo una y otra vez,
reiterando todo a su vez
sin poder arrepentirme.
Hablo como a un muro
que parece que ha entendido
y que sin pasar apuro
pregunta otra vez sin sentido
lo mismo que ya le he dicho.
¡Qué pérdida de tiempo!
¡Qué pérdida de energía!
¿Es que todos están ciegos?
¡No se qué les daría!
Se discute sin saber,
se juzga sin entender,
se oye sin escuchar
y se habla por hablar.