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Caminando por el viento suavemente
con la luz del alma blanca imaginada,
gobernaba el mundo todo con mi mente
y nada era todo y todo era nada.
Alcancé a ver el filo del infinito
deslumbrado por el sol de lo presente
y quedeme ya aturdido y contrito
y de todos desigual y diferente.
¿Qué visión era esa, la esperada,
de tanta espera ya casi olvidada
que dejó a mi alma así embriagada?
La vida, el amor, el sentir de la emoción,
el azul del cielo, las nubes, la acción
de los versos de una hermosa canción.
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