En mi casa tengo un tesoro
que con mucho aprecio guardo:
Es mi esposa a quien adoro
y en decirlo nunca tardo.
Aunque me riña, me admira
y me quiere con tesón
y ante mi ausencia suspira
y me llena de emoción.
Yo la quiero con locura
pues siempre mi bien procura
y le doy toda la ternura
que hay en mi corazón .
Quiéreme niña bonita,
quiéreme por compasión.
Acógeme en tu casita
y dame siempre la razón.
Quiéreme, preciosa mía
quiéreme de noche y día
Que yo te querré eternamente
con mi alma y con mi mente.