En la Alemania de la República de Weimar, se apretó tanto a los alemanes por la inconsciencia y codicia de las potencias vencedoras que al final vino un salva patrias dispuesto a acabar con todo y consiguió el poder absoluto para, sobre la base de devolver la dignidad a los alemanes implantar una dictadura con una ideología demencial, el nacional socialismo que, como medio de reafirmación nacional, se apoyó en un antisemitismo exacerbado y en una quimera racista expresada bajo la cruz gamada.
El Nacional Socialismo, con Hitler a la cabeza, subió al poder tras ganar, sin mayoría absoluta , en unas elecciones democráticas.
Pero no hemos aprendido la lección y nuestras democracias están desprotegidas.