Amaneceres duros, crueles, entrañables, somnolientos…
Madrugadas que prometen aventuras y deberes.
Soledades, estaciones, trenes…
Ruidos de maquinas de cafés expresos, de trenes y metros.
Noches clareadas, fríos de madrugadas.
Pan tierno y caliente recién salido del horno.
Gente que corre de un lado a otro con legañas en los ojos.
Calles regadas…
Madrugadas de viajes, subidas a las montañas o jornadas de caza.
Madrugadas ilusionantes,
madrugadas de trabajo y esperanza.
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