Qué pena que Neruda
no quisiera alcanzar la luna.
Qué pena que triunfara
su odio sobre su pena.
Qué horror que pariera
poemas de odio y rencor
que lastiman sin que quiera
sus bellas odas de amor.
Qué pena que un poeta
de esta manera se vendiera
y se volviera stanilista
antes que nihilista..
Que la negrura se expandiera
entre canciones tan bellas.
Qué pena…
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