Europa fue herida gravemente en la guerra de 1914-18 y rematada en la de 1939-45. Siempre hubo guerras en Europa, pero estas dos fueron determinantes para su desaparición. Ahora nos enfrentamos a la definitiva: la guerra que nos ha declarado el Islamismo. Guerra con varios frentes abiertos: financiero, demográfico, terrorismo, propagandístico. De momento, pues aparecerán más frentes. Si no reaccionamos rápidamente y con energía no podremos superar la guerra actual y seremos ahogados por el yihadismo islámico.
Pero no podremos hacer frente a los peligros que vienen del exterior si no resolvemos antes nuestros propios problemas. Querer culpar al pueblo alemán por lo que pasó con Hitler es como culpar al pueblo ruso por lo que pasó con Stalin.
Sin embargo el pueblo ruso se siente orgulloso de sí mismo y está volviendo a ser una gran potencia mientras que el pueblo alemán no. Sigue con un sentimiento de culpabilidad y la indolencia subsecuente a la falta de ilusión. Igual que el resto de la Europa occidental.
Con una tasa de fertilidad de 1,38 hijos por mujer y una variación anual de la población de un -1,7% en 2012, la Alemania que conocemos habrá desaparecido antes cien años. No sobrevivirán los pobladores autóctonos actuales y serán sustituidos gradualmente por inmigrantes, la gran mayoría musulmanes. Y lo mismo ocurrirá con Francia, Italia y España…
Si persistimos en el desaliento, desánimo, abatimiento y pesimismo actual, estamos perdidos…. Llegará la angustia y caeremos en la desesperación.
Será nuestro fin.
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