Qué bella es la tristeza
lánguida del violonchelo…
Belleza inesperada, desarmada,
voz de la añoranza y la saudade
que se apodera de nuestro corazón
De pronto, el violín nos despierta,
infundiendo alegría y divertimento;
pero también sueños,
amor, romanticismo…
Y se mezclan entre ellos.
Y nos llega la alegría de la nostalgia,
el padecer del amor
y el sentimiento romántico
disfrutando y sufriendo
al tiempo
de la vida.
.