El PSOE debería seguir los pasos de otros partidos europeos y evolucionar rápidamente hacia una socialdemocracia liberal o mas bien un socio-liberalismo, abandonando definitivamente el lastre del pasado plagado de miserias y errores. Empezando por cambiar un nombre que ni le corresponde ni se corresponde con un Estado moderno europeo.

El problema de la socialdemocracia es que insiste en la intervención del Estado en la producción de bienes y servicios en vez de regular y vigilar los mercados para conseguir el equilibrio de los mismos. Insiste en una economía mixta, en la que el Estado interviene en los mercados como productor de bienes y servicios, cuando lo que debería de hacer es regularlos para prevenir
desabastecimiento, evitar especulaciones, defender la economía nacional y evitar la creación de situaciones monopolísticas u oligopolísticas. Es decir, protegiendo al ciudadano, defendiendo al empresario y garantizando las libertades.

Los Socialismos extremos en general, e incluyo el nacionalsocialismo, han sido y son una de las mayores desgracias para la Humanidad, cercenando la dignidad y la libertad de las personas en favor de una utópica causa colectiva, repartiendo pobreza e impidiendo el progreso económico y social, conllevando necesariamente al imperio de la corrupción moral, política y económica. Sus ideales de igualdad y derechos populares se convierten finalmente en mediocridad y corrupción y pobreza.

El Socialismo es un lobo con piel de Cordero que trara de imponer a todos su «Verdad» y para cuyo fin justifica los medios. Su «Verdad» está antes incluso que el estado de derecho. Su mesianismo les lleva a la imposición dogmática de su ideal. La libertad e incluso la dignidad humana están a su servicio. Tenemos el ejemplo de los socialismos soviéticos, y de la Europa oriental, pero no solo estos. Pero en general los políticos socialistas van vendiendo utopías que saben que no se van a cumplir, solo con el fin de alcanzar el poder.

Gran parte del socialismo español ha supuesto una serie larga de sufrimientos y taras para el pueblo español, impidiendo y socavando las oportunidades de su desarrollo. Nos llevó a revueltas e insurrecciones como la de Asturias y destruyó la República buscando una revolución que nos llevara a la dictadura del proletariado como a Rusia y, lo más grave, nos llevó a una guerra civil, guerra civil que se repitió en el llamado bando republicano en Cataluña y otras zonas del mismo.

El desprecio histórico por el empresariado y por la iniciativa personal por parte del socialismo español, recogió la antorcha de ese mismo desprecio que sobre los artesanos, y comerciantes tenía la nobleza española que impedía entrar en las órdenes de caballería a quien las ejerciera o tuviera un antepasado que las hubiera ejercido. Esta aversión a los empresarios, que son equiparados a ladrones y explotadores es incompatible con el crecimiento económico y por tanto con la consecución  de una sociedad de bienestar y ha sido causa permanente del retraso español. El empresario es pricipalemnte un emprededor comprometido hasta la médula con su proyecto empresarial en el que están incluidos sus colaboradores y trabjdores. El socialismo sin embargo, con estos planteamientos acaba repartiendo pobreza ya que no es capaz de crear riqueza.

El socialismo español está constituido básicamente por el grupo de partidos como el comunista,  integrados en Izquierda Unida y por el PSOE. Este dejó de ser marxista con Felipe González, pero su esencia, su contenido utópico e intolerante con quien no piensa como ellos, sigue siendo persistiendo. Actualmente se encuadra junto con otros partidos socialistas, socialdemócratas y laboristas en el Partido Socialista Europeo. Pero a pesar de ello, no puede decirse que sea un partido ideológicamente socialdemócrata, y menos a la vista de muchas de las actuaciones de Zapatero, independientemente de las medidas que al final de su mandato se ha visto obligado a tomar mpor la presion recibida de Europa y los EE.UU. con motivo de la crisis que él nunca admitió hasta que se manifesto con toda su crudeza. Con él, lamentablemente, ha derivado en un partido montado en la guerra civil, la memoria histórica, el mesianismo, el dogmatismo y la manipulación de la justicia.