Es importante  apaciguar los debates en torno a las opciones Software Libre versus Software Comercial. Especialmente en
el beneficio final de los usuarios.

Mantener  un entorno en el que todos los modelos de software coexistan, compitan y cooperen dando el máximo valor posible para los ciudadanos y las Administraciones Públicas, resulta ser la aproximación más coherente. En este entorno las Administraciones Públicas pueden escoger en cada caso la solución que más valor aporte, sin que resulte aconsejable una
discriminación o mandato a favor de una tecnología, un modelo de licencia o una forma de desarrollo sobre las otras. Sólo en ese entorno de libertad de elección y neutralidad tecnológica serán los ciudadanos y las Administraciones Públicas capaces de escoger entre todas las opciones disponibles, la solución de software o tecnológica que mejor se adapte a sus necesidades.  La
interoperabilidad se constituye como pilar básico en este escenario heterogéneo.

El modelo que han adoptado las economías más avanzadas de Europa (países nórdicos) es el de aplicar dicho principio de “la
no discriminación”. Los ciudadanos, las empresas y las instituciones eligen libremente la opción que consideran mejor en cada momento. Las claves para combatir la brecha digital, y/o facilitar el acceso a las tecnologías mas avanzadas, están en la facilidad de uso de un determinado software y en generar un entorno en que el usuario tenga libertad de elección personal o corporativa.

En el mundo actual se habla cada vez con más frecuencia del valor y la importancia del “capital intelectual” como catalizador de aspectos tan importantes como son la inversión en I+D, la innovación, la competitividad y el crecimiento económico. En este contexto, la propiedad intelectual cobra especial relevancia social, cultural y económica, en una sociedad como la nuestra, basada en el conocimiento y la innovación.

El respeto a los derechos de la propiedad intelectual permite a los creadores de todo el mundo poner en marcha empresas
locales, y a los gobiernos el aprovechamiento de los beneficios económicos obtenidos como resultado del soporte que se ofrece a la educación, investigación y al desarrollo de las nuevas tecnologías.

La protección de la propiedad intelectual es fundamental para promover un entorno de innovación y desarrollo en la
industria. Toda labor innovadora, como puede ser la creación de software, debe ser premiada e incentivada y ése ha sido precisamente el motor del progreso en todos los campos, incluido el de las tecnologías de la información.

Las condiciones necesarias para crear un entorno o ecosistema de innovación, cualquiera que sea el modelo de desarrollo
de software, son garantizar la libertad de elección (ciudadanos/empresas/Administración Pública), aplicar el principio de no
discriminación y de libre mercado y proteger de manera adecuada la propiedad intelectual.

La obligación de las Administraciones Públicas es buscar lo mejor para sus ciudadanos y para la sociedad en la que
viven promoviendo la libertad, la competitividad y la excelencia en un marco de independencia y objetividad.