Me gusta decir «adiós»,
no «hasta luego» o «nos vemos»
Me gusta decir «adiós»
porque este es un buen deseo.
Con Dios vaya usted, señor,
le digo cuando le veo.
«Hasta la vista», sí,
que es lo mismo que «hasta luego».
Pero cuando digo «con Dios»
se lleva a Dios puesto dentro.
A Dios le encomiendo, señor,
es mejor que un «hasta luego».