He leído a Alberti.
Y sólo encontré
resentimiento, odio, venganza,
violencia…
entre sus páginas.
Salvajismo disfrazado
de buenismo
que inundaba lo poco que había
de poesía:
los posos de su niñez.
No había belleza, no la había.
Sólo percibí
la negación del otro.
Sentí el miedo
de los que sufrieron…
De los que sufrieron la intolerancia,
el dogmatismo,
el bestialismo y la barbarie.
Poetas culpables de la tragedia
que son ensalzados por los que la ignoran.
Hubo poetas muertos, sí, asesinados
pero no ellos…