“Cuando advierta que para producir usted necesita obtener autorización de quienes no producen nada; cuando compruebe que el dinero fluye no hacia quienes trafican con bienes, sino con favores; cuando perciba que muchos se hacen ricos por el soborno y la influencia política y no por el trabajo, y que las leyes no lo protegen contra ellos, sino que, por el contrario, son ellos quienes están protegidos contra usted; cuando repare en que la corrupción es recompensada y la honradez es un autosacrificio, entonces usted podrá afirmar, sin temor a equivocarse, que su sociedad está condenada”. (Ayn Rand)
Y cuando advierta que su sociedad está condenada como diría el slogan de una famosa marca de cafeteras… what’s else? Tu abogas por un cambio de hábitos a través de la sociedad civil, esta mañana he escuchado con atención que estamos en una crisis de civilización, se han tornado los conceptos de honradez y corrupcción, parece que es así. Pero muchas veces me pregunto quien ha provocado este cambio sistemático, contínuo y tremendamente eficaz…
Edward Gibbon escribió hace mas de 200 años una obra literaria que por su valor aparece en todos los cánones de la historiografía mundial: Historia de la Decadencia y decline del imperio romano. No seré tan vanidoso de describir una obra de 6 volúmen la cual simplemente he ojeado en la caseta de un librero de la cuesta de Moyano. Pero si recuerdo el impacto que me produjo el análisis e interpretación que el autor británico daba del final de un periodo en el que la civilización alcanzó altas cotas de prosperidad. La teoría de Gibbon hablaba de corruptelas,sinecuras, crisis de liderazgo, degeneración de la clase dominante, pérdida de representatividad del pueblo, relativización, auge de los nacionalismos bárbaros….
Casi 2000 años despues estas palabras siguen llenas de contenido como demuestras Ignacio en tu blog. Yo te hago esta pregunta ¿la decadencia y caida del actual pensamiento occidental único tendrá que esperar otros 10 siglos para su renacer con una nueva Edad de la Razón o podremos acortar los plazos?
Genial Ignacio, parece mentira que esté escrito en el siglo pasado, pues se asemeja mucho al sentir del ciudadano español medio. Si fuéramos capaces de reemplazar a nuestra clase política por gestores que aportaran cuentas y resultados y no se dedicaran a hacerse fotos, tal vez saldríamos de esta situación.