Pueblos vacíos,
campos abandonados
sin calor, fríos.
Anónimas ciudades,
soledades…
en el alma de las gentes
desarraigadas de sus lares.
Añoranza de los mares
de los campos de trigales,
del hogar y de la leña,
del frío de las madrugadas
y las noches serenas.
El valor de la morada.
Pueblos vacíos, tierras yermas,
añoranzas y saudades.