Canciones II

Cuando tu me quieras no me haré de rogar, cuando tu me adores yo te querré aún más. Cuanto tu me quieras yo podré soñar que sí tu me quieres yo te quiero aun más. Que sí tu me quieres yo te quiero aun más. Cuando tu me quieras, ¡Qué felicidad! Con amor profundo, ¡Que […]

Canciones I

Por ese caminito azul, camino de las estrellas, se fue para siempre el amor aquella noche tan negra. Se fue sin decirme adiós, se fue sin decirme que ella fue entonces mi gran amor aquella noche tan bella. Noche de amor y de estrellas. serena como ella era. Tranquila noche de amor intensa noche fue aquella […]

Blanca gaviota

Sobre el ancho mar vuela gaviota mía, vuela sin descansar. Vuela hasta el fin del cielo blanca gaviota sin par. Sobre el azul del mar vuela sin rumbo, al azar… ¡Escapa de la tierra al mar! .

El olor de la paja mojada

El olor de la paja mojada, el olor de la mies recogida, el olor de animales y cuadras el olor de valiosas semillas… Quedó indeleble grabado en mi mente de niño avezado. El olor de la leña quemada, el olor de la hierba cortada, el olor de la cercana tormenta mis recuerdos de niño aumenta. […]

Suavemente hasta la muerte

Necesito que me quieras, que me beses, me acaricies y susurres cosas bellas a mi oído en duermevela. Que me estreches con tu cuerpo y me abraces fuertemente. Necesito que me ames y me quieras dulcemente. Necesito de tu fiebre, de tu ardor por así quererme, de tu piel firme y suave, de un amor […]

Irenita

¡Qué alma tan bonita en esa bonita cara tiene esta bonita niña que con amor ampara a su preciosa familia!. Irenita se llama esa mujer luchadora esa mujer ganadora niña bonita del alma. Irenita, la mamá de dos niñas tan bonitas que parecen dos gotitas de inocencia y felicidad. A Ire, Irene, Irenita esposa firme […]

Atardeceres

¿Por qué los atardeceres son más bellos que el amanecer, más áureos, más cálidos y entrañables, mientras el alba es frío, acerado, desafiante? ¿Por qué son las mañanas frescas y alegres y las tardes propensas a los placeres? Es la experiencia del día. La incertidumbre por lo que vendrá y añoranza por lo que se […]

Vives sin mi

Mientras vives tu vida sin mi, sigues viviendo… Aunque no estés junto a mi, sigues viviendo… Así vives distinto hasta que te encuentro. Mientras yo vivo diferente al resto de la gente. .

Maldad o fealdad

Al igual que bondad y maldad hay belleza y fealdad. En nuestro mundo actual, ¿impera la maldad y fealdad? Parece que esto es lo habitual… .

El inicio de la noche

La noche va haciendo su presencia. Los tibios grises se van presentando y la oscuridad viene invadiendo el día indolente, que se apaga en nuestros corazones. .

A nada le tengo miedo

A nada le tengo miedo, nada me da temor, ni espanto, ni pavor, pánico o consternación, Nada angustia me genera y aguardo con tranquilidad que llegue lo que me espera. Ante atrocidades y brutalidad, ante la ignominia y la crueldad, ante el engaño y la mentira, solo siento desprecio y repulsión, rechazo, repugnancia y aversión. […]

Oyendo a Mozart

Grandes nubes se cernían sobre el mar de encinas con sus claros colores de blanco y de ceniza. Plomo y plata reluciente y un anochecer tardío de tormentas sin frío tras un largo día candente. Recuerda las tormentas que llegarán en el estío con grandes goterones y violentos chaparrones. Experiencias recurrentes que renuevan los sentidos […]

Evanescente fantasía. Soneto

Mientras su música con placer oía, la mirada fijaba evanescente su figura en el centro de su mente, soñando con recordar aquel día. Los suaves acordes la embriagaban de un intenso placer efervescente flotando por el aire suavemente los recuerdos y sueños que se acaban. Y él la miraba y erguido cantaba con la alegría, […]

Nuevo libro de poesías EL SONIDO DEL TIEMPO

En este libro, continuación de “A la Búsqueda de la verdad y la vida”, el autor, mediante estos versos y estrofas con su ritmo y su rima, quiere trasmitir con palabras musicales y sonidos verbales los sentidos de la belleza y la verdad y las incertidumbres que el desconocimiento sobre nosotros mismos nos embarga. Dicen […]

EL SONIDO DEL TIEMPO. Epílogo de Javier Hernández

Recuerdo la lectura sosegada de unos versos escritos por el que la tradición poética ha venido a nombrar como “el hermano de Antonio Machado” y que yo reivindico como Poeta excelso, no por genealogía, sino por contenido. En su célebre poema CASTILLA, dedicado a Manuel Reina, releo la estrofa, Manuel Machado decía: “¡Buen Cid! Pasad… […]

LA POESIA DE SALVADOR

A MI AMIGO IGNACIO Aunque sea Ignacio Para no para de trabajar. Tiene a sus seguidores abrumados al tratar de servirle como amigos, de acompañarle sin más, porque es él el que lo curra sin poderlo remediar. Sigue así querido Ignacio pero intenta descansar. Intenta frenar un poco que si la vida es trabajo, también […]

EL SONIDO DEL TIEMPO. Prólogo de Julio Zarco

Ahora os adelanto el de Julio Zarco: Cuando a un autor se le solicita un prólogo de un libro suele ser por amistad, por admiración o por compromiso. A su vez el prologuista se acerca a la redacción del prólogo con curiosidad intelectual, con admirada y abierta amistad o por compromiso. En mi caso, Ignacio […]

EL SONIDO DEL TIEMPO, Prólogo de Julio Mayol

Mi muevo libro está ya en en imprenta. Os adelanto el prólogo de Julio Mayol: Dicen que los seres humanos que no son capaces de expresar emociones mediante la música se esmeran con la palabra. Lamentablemente, algunos no pueden desarrollar ninguna de las dos capacidades. No es el caso de Ignacio. No es su caso. […]

Eugenia, la pequeñita

Eugenia, la pequeñita, silenciosa y calladita, sólo hace un breve puchero cuando dice: ¡comer quiero! Dulce, buena y bendita ¡Y en casa sin sonajero! Se entretiene con un cuento que cruje con sus manitas. ¡Con qué cara tan bonita, con qué ojos y qué boquita enamora a su abuelo cuando la mira en silencio! La […]

En esta noche (Soneto)

En esta noche cálida y serena con el cielo azul cubierto de luceros voy ligero caminando por la arena olvidando de la vida los esmeros. Paseando a la orilla del mar sereno sin tempestades ni verdades ni mentiras, olvidado de lo propio y de lo ajeno, luciendo mi figura mientras miras. Oh, querida, amada diosa […]

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