Los políticos que incumplen las leyes, que se corrompen, que no obligan a que la leyes se cumplan por todos; los políticos partidarios sumidos en la confrontación más vil; los jueces que prevarican, los jueces que tiñen de política sus decisiones judiciales, son los que están trayendo al extremismo a nuestra sociedad. Son los que están poniendo gravemente en peligro nuestra democracia y nuestra libertad; son los que ponen en peligro nuestra civilización descomponiendo nuestra sociedad.
La ceguera de nuestros políticos que no ven tres cuartos más allá de sus narices, que no quieren ver los graves problemas de nuestras sociedades, serán culpables de los males que nos esperan por no adoptar políticas de Estado, decisiones estratégicas que hay que tomar ahora para asegurar nuestro futuro y nuestra prosperidad.