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Al término de este largo estío
con cansancio y casi con hastío
siento lentamente el languidecer
del caluroso día al anochecer…
Del largo verano amarillo y seco
con tormentas de aire polvoriento
entre los encinares suena el eco
del agua ausente y el fuerte viento.
Se anuncia lo incierto y lo diverso
el cambio hacia un otoño en verso
en que con lágrimas y colores
sonarán lánguidos los violones.
Los sentimientos y cromatismos
de profundas músicas de colores
de altas estrellas y nuevos amores
se abren de pronto ante uno mismo.
¡Alegrías y dolores!