La gran diferencia del Cristianismo respecto a otras religiones como el Islamismo o el Budismo es que el eje principal del Cristianismo es el Amor. Para el Cristiano Dios es el Padre celestial al que amar y quien nos ama con un amor infinito. Los cristianos se consideran hijos de Dios. Ahí radica el valor supremo de cada vida humana. Dios hizo al hombre a su imagen y semejanza. El mansaje cristiano es “Amarás a Dios sobre todas las cosas y a tu prójimo como a ti mismo”. Porque el Cristianismo exige el amor a uno mismo como elemento inseparable del amor a los demás, a los próximos. Para poder respetar la dignidad del prójimo es necesario respetarse a sí mismo.
El Cristianismo es una religión activa que conlleva a la acción por un mundo mejor. Es una religión vitalista y a la vez solidaria que busca la verdad, la honradez y la pureza mediante a imitación de Cristo, Dios hecho hombre. En el Cristianismo, Dios es el perfecto ejemplo de amor, que salva a los que todavía no creen en él y que muere por quienes son todavía sus enemigos: (Rm 5, 10; Mt 5, 44;).
El Islamismo es la religión del sometimiento a un único Dios omnipotente y se consideran siervos de Dios. El Budismo es un pensamiento en cierta forma nihilista que entiende la vida como sufrimiento y cuyo objetivo es no desear para no sufrir; no hacer daño es una de sus máximas. Es un pensamiento pasivo que se basa fundamentalmente en el no hacer.
La primera encíclica de Benedicto XVI, promulgada el 25 de Diciembre de 2005, se titula “Dios es Amor” (en latín Deus caritas est). El título de la encíclica fue tomado de la traducción latina de primera epístola de San Juan 4:16.
De acuerdo con el catecismo de la Iglesia católica (1822), «la caridad es la virtud teologal por la cual amamos a Dios sobre todas las cosas por Él mismo y a nuestro prójimo como a nosotros mismos por amor de Dios».
San Pablo habla del amor de Dios y nos deja ver cómo es la caridad, «La caridad es paciente, es servicial; la caridad no es envidiosa, no es jactanciosa, no se engríe; es decorosa; no busca su interés; no se irrita; no toma en cuenta el mal; no se alegra de la injusticia; se alegra con la verdad. Todo lo excusa. Todo lo cree. Todo lo espera. Todo lo soporta» (1 Co 13, 4-8). Y termina, «la caridad no dejará de existir». La caridad es la virtud teologal más importante, y es superior a cualquier otra virtud. (1 Co 13,13).
Menciona San Agustín que la culminación de todas nuestras obras es el amor. Ese es el fin y para conseguirlo, corremos, hacia él corremos; una vez llegados, en él reposamos (S. Agustín, ep.Jo. 10, 4). La caridad se hace humana cuando Jesús da su mandamiento nuevo a los apóstoles y discípulos: Amaros unos a otros como yo os he amado (Juan 15, 12).
Según San Basilio, (379 d.c.)»O nos apartamos del mal por temor del castigo y estamos en la disposición del esclavo, o buscamos el incentivo de la recompensa y nos parecemos a mercenarios, o finalmente obedecemos por el bien mismo del amor del que manda… y entonces estamos en la disposición de hijos» (S. Basilio, reg. fus. prol. 3).
Las otras religiones
El Islam es la sumisión a Dios, y sus pilares básicos son la profesión de fe, es decir, la aceptación del principio básico de que sólo hay un Dios y que Mahoma es el último y más importante de sus profetas; la oración; la limosna, el ayuno en el mes de
ramadán y la peregrinación a la Meca al menos una vez en la vida. El sexto pilar es el yihad o lucha en defensa de la fe. Además, conforme al Corán todos los musulmanes tienen que creer en Dios, sus ángeles, sus libros, sus profetas, la predestinación y en la
próxima vida. El Islam concibe a los hombres como siervos de Dios. La Sharia o Ley Islámica es un código civil y penal que obliga a un comportamiento de los musulmanes cubriendo todos los aspectos de la vida del musulmán, más allá de su relación con Dios.
A diferencia del Islam, el Cristianismo se centra en los fundamental, el amor a Dios Padre y el amor al prójimo como a uno mismo en unión con Jesucristo, y deja libertad para la organización de las actividades mundanas y las formas políticas y civiles de los hombres.
Tanto el Budismo, el Jainismo, el Taoísmo como el confucianismo son religiones no teístas, es decir, que no discurren sobre la creencia en un Dios creador o absoluto, pero aceptan conceptos espirituales como la creencia en el alma, la vida después de la muerte y la existencia de dioses, espíritus y deidades, considerando el discurso sobre Dios sin sentido.
El Budismo se asienta sobre una filosofía de no hacer en vez de hacer, de no sentir, no desear, con el fin de evitar el sufrimiento y alcanzar el Nirvana. La ética budista se fundamenta en los principios de Ahimsa (no ocasionar daño) y el Camino Medio (moderación; no reprimir ni tampoco aferrarse a nada).
Según las enseñanzas budistas, los principios éticos están determinados por el hecho de si una acción cualquiera podría tener una consecuencia dañina o perjudicial para uno mismo o para otros. En el budismo se utiliza la expresión de mente hábil, que es aquella que evita todas las acciones propensas a causar sufrimiento o remordimiento. El esfuerzo y la intención empleados determinará la carga kármica de la acción.
A diferencia de una regla impuesta por una autoridad, un precepto es una base o guía ética personal. La ética budista se basa en Los Cinco Preceptos: respetar la vida, evitar tomar lo que no es dado, mantener una conducta sexual correcta: que no sea dañina con otros o con uno mismo, hablar de manera correcta (no mentir) y evitar tomar intoxicantes que alteren negativamente la mente. En vez de desear el bien, se centra en no desear y evitar hacer daño.
Bueno, en realidad en el cristianismo tampoco está muy claro desde sus orígenes a qué tipo de amor se refiere, es decir, ¿todas las formas de amor, desde el amor maternofilial, pasando por los distintos grados de amistad, el amor pasión, el amor despegado, el amor sexual, etc.? Tampoco se entiende, por ejemplo, cómo ese amor no se extiende a todos los seres humanos que quieren vivirlo, como ocurre con los homosexuales, que para el cristianismo no tienen los mismos derechos que los heterosexuales.
Podríamos profundizar, además, en el tema de los abusos sexuales a menores, que se han dado en el seno de la Iglesia con mucha frecuencia. ¿Es esto una forma de amor? Quiero decir que una cosa es lo que se predica o los principios que uno reclama como propios, y otra muy diferente es lo que se practica. En política, por ejemplo, llamamos a estas dos caras de la misma moneda teoría y praxis. Si la teoría prima sobre la praxis, estamos ante un sujeto teórico, alguien que no vive según sus principios, por lo que estos principios no son más que una ficción, una especulación o, en otros casos, una cortina de humo que oculta otros intereses.
El caso más grave es cuando se da la situación de que alguien predica unos principios que no solo no cumple, sino que incumple flagrantemente. En el caso del cristianismo, por poner un ejemplo más, no ha sido infrecuente la incitación al odio y a la persecución contra otros grupos. En el caso de este post, por ejemplo, si para ensalzar el Amor que debe regir la vida de todo cristiano es necesario señalar otras religiones, con los grupos humanos que las practican, como ejemplo opuesto, ¿se está aplicando el Amor como principio rector? Más bien no, ¿verdad?, luego estamos ante una incongruencia que desarticula todo el argumento anterior.
Incongruencias como esta están desarticulando dos mil años de preeminencia cristiana en Occidente, algo que a todas luces (sobre todo si son luces como la de este su escrito, señor Para) resulta más que comprensible.
Estimado señor Gómez:
Muchas gracias por su comentario pues así me permite aclarar mejor mi escrito.
El Cristianismo y San Pablo en concreto se refieren al Amor desiteresado, sin calificativos ni contraprestaciones. De todas formas, en la encíclica de Benedicto XVI, a la que me refiero en mi escrito, se aclara muy bien las interrogantes que usted plantea respecto a los tipos de amor.
Creo que las ideas, cuando son buenas, lo son independientemente de quien las exponga o defienda. Yo hablo del cristianismo, del pensamiento cristiano y no de la Iglesia. Pero el hecho de que miembros de la Iglesia, clérigos o seglares, hayan cometido errores, atropellos o aberraciones, ahora o a lo largo de la historia, no invalida las ideas defendidas por la Iglesia, sino solo a aquellos que no las cumplieron e, incluso, las pisotearon. La iglesia las ha condenado y las condena. El pensamiento cristiano, la doctrina cristiana no incita al odio ni lo ha incitado nunca. Siempre al Amor y a la Alegría, la Verdad y la Libertad. Otra cosa es que muchos cristianos lo cumplan.
Yo hago referencia a las otras grandes reliciones para marcar las diferencia que hay entre ellas y que lo tengamos en cuenta. Por que creo que son muy significativas. Luego que cualquiera elija lo que quiera, si es que quiere elegir, o que piense lo que le parezca. Con toda libertad, pero con conocimiento.
Pero no lo dude usted, si alguien ama a los demás sin distinción de sexo, edad, religión, cultura o etnia, son los cristianos; y si alguien cuida de ellos, esta es la Iglesia Católica. Pregúntele a los inmigrantes sin papeles (de cualquier etnia o religión) a quién acuden y quién les auxilia.
Finalmente he de señalarle que el desarrollo en Occidente del humanismo, la ciencia, la tecnología, el arte, etc., ha sido tan elevado gracias a las bases culturales aportadas por el Cristianismo, a diferencia de otras regiones del mundo sustentadas en otras creencias y valores.
Otra cosa: nunca dejaré de apreciar a otra persona por el hecho de que sea homosexual, ni lo discriminaré y lo respetaré como a cualquier otro. Tiene la misma dignidad que cualquiera otra persona y libertad para adoptar sus decisiones. Pero tengo que reconocer que la homosexualidad no es algo que pueda responder a la intención de procrear, y por tanto el matrimonio entre dos personas del mismo sexo no es un verdadero matrimonio. Otra cosa es que tengan el derecho a unirse y establezer entre sí y ante la sociedad un contrato de convivencia y unión económica y afectiva. Pero no es un matrimonio, en el seno del cual se procrean hijos, se les cría y se les educa en aras de su realización como personas y el consiguiente perfeccionamiento humano. No podemos confundir lo que es natural con lo que no lo es. Por muy de moda que esté.
yo creo que la homosexualidad «no» es contra natura… Es algo que se da en la naturaleza.. yo soy heterosexual pero considero que la homosexualidad es algo que se da en la naturaleza y en los animales también… Puedes leer algun articulo al respecto.. con respecto al budismo que consiste en anular el deseo no es asi exactamente, consiste en anular el apego al deseo.. si tu tienes hambre desearas comer, y si tienes libido desearas tener sexo… lo que hay que controlar es el apego… creo que para hablar de tres religiones hay que conocer en profundidad las tres religiones.. no basta con saber de una religion mucho y de las otras dos haber leido un par de paginas…
El error, la enfermedad, las desviaciones, las malformaciones, están en la naturaleza. Forman parte de ella.
Lo importante es la esencia de las religiones. Para comprenderlo no es necesario ser un erudito de cada una de ellas. Y he leído mucho mas de un par de páginas, querido amigo…
Un saludo cordial.
Hola!
Muchas gracias por compartir tu conocimiento con el mundo! Nos hace falta a todos saber por lo menos lo básico de nuestra religión y conocer un poco de las demás para poder tener una opinión certera. Me parece que resume con eficacia lo más importante de cada religión. Destacas lo realmente importante y das un panorama general estupendo. Me sirvió mucho leerte!
[…] El esfuerzo y la intención empleados determinará la carga kármica de la acción. A diferencia de una regla impuesta por una autoridad, un precepto es una base o guía ética personal. La ética budista se basa en Los Cinco Preceptos: respetar la vida, evitar tomar lo que no es dado, mantener una conducta sexual correcta: que no sea dañina con otros o con uno mismo, hablar de manera correcta (no mentir) y evitar tomar intoxicantes que alteren negativamente la mente. Ver respuesta completa […]
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El amor, fundamento del cristianismo, es lo que le diferencia de otras religiones | Ignacio Para