España ha contribuido a la financiación de Grecia con veintiséis mil ochocientos millones de euros, 600 euros por persona, (casi el coste anual de las pensiones) ¿nos lo tendrán que devolver antes o después, no?

¿O prefieres que la sanidad pública se deteriore? ¿O la educación? ¿O qué peligren las ayudas a los parados? ¿O las pensiones?

Nuestra riqueza es la que es y el dinero con que contamos es limitado. Si lo gastamos en los de fuera, no lo dude nadie, será en detrimento de los nuestros, de lo tuyo y de los tuyos.

Igual que guardas un equilibrio en casa entre lo que dedicas a los tuyos y lo que dedicas a los de fuera, hay que guardarlo en el país.

En el mundo hay 7.000 millones de habitantes; en España vivimos 46 millones de los cuales cinco millones son inmigrantes, la mayoría no cualificados. Suponemos solo 0,65% de la población mundial. Nuestra demografía es ínfima si la comparamos con otros países como la India (1.200 millones), Nigeria (166 millones) o China (1.370).

Para crear las condiciones para que la riqueza crezca y eliminar la exclusión social en nuestro país, es necesario limitar y reordenar la admisión de inmigrantes.

En la medida en que España sea un país rico, España podrá ayudar y beneficiar a otros países para que también lo sean. Pero su dejamos que España se degrade como consecuencia de una inmigración descontrolada, acabará inundada por el tercermundismo.

Es urgente que las autoridades del Estado (y las Europeas) tomen conciencia de esta situación y adopten medidas firmes y razonables como las que existen en la mayoría de los Estados avanzados.