¿Qué más nos oculta el Gobierno? ¿Qué nos oculta Rajoy? ¿Por qué cambió de opinión de un día para otro y en vez de esperar a convocar las elecciones hasta que la situación en Cataluña se normalizara decide convocarlas de manera inmediata? ¿Quién se lo impone? ¿Por qué la tardanza en la actuación de la Fiscalía? Aunque es contundente, es tardía.
Todos sabemos que en un estado de ánimo de inestabilidad emocional como el que se sufre ahora en Cataluña y con el dominio de los abundantes medios públicos de comunicación por los independentistas, no es posible la realización de unas elecciones libres. Al igual que la libertad de mercado no se puede restituir mientras no se hayan resuelto los oligopolios o monopolios del mercado, no puede haber elecciones libres mientras no se hayan solucionado los problemas derivados del tradicional incumplimiento de las leyes por el gobierno de la Generalitat y recuperado el estado de derecho y la normalidad social.
Toda España está preocupada y la mayor parte de los catalanes también. El avance de la justicia es lento y en el momento de las elecciones, el 21 de diciembre (que ni siquiera es domingo) el juicio a los procesados y en prisión preventiva ni siquiera habrá comenzado.
El desafío independentista y su actitud falsaria e intransigente ha indignado a la gran mayoría de los españoles y a muchísimos catalanes, desapareciendo la indolencia y el relativismo así como la compresión a la hispanofobia políticamente correcta. Este desafío ha servido para que nos diéramos cuenta del magnífico país en el que vivimos. Envidiado por los de fuera aunque denostado por los de dentro. Nos ha hecho sentir orgullosos de nuestras libertades y de nuestros logros; incluso de nuestra historia. Los “Viva España! Han proliferado por doquier… Pero esta ilusión que ha enchido nuestros pechos se puede ir abajo, deshincharse, si aquellos que han delinquido, que nos han robado malversando el dinero público y que han querido quitarnos una parte de nuestra tierra, no son castigados y pagan sus culpas.
Llevamos sufriendo dos años con este problema; hemos sufrido todo el desarrollo de esta última fase con la actuación de los independentistas en el Parlamento de Cataluña saltándose la ley y aprobando una ley que echaba por tierra las libertades de todos los catalanes.
Y seguimos sufriendo al ver cómo el Gobierno pone en riesgo nuestro futuro con unas elecciones precipitadas.
Ojalá me equivoque.
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