En una sociedad avanzada la competitividad entre los partidos democráticos debería de fundamentarse en explicar la diferencias ideológicas y programáticas poniendo de relieve las ventajas que tienen sus propuestas respecto al contrario.
Desgraciadamente, los partidos actuales de izquierda llevan años basando su estrategia únicamente en descalificar y criminalizar al contrario, aún cuando el contrario estaba en la oposición.
La actividad política debería excluir el uso de la demagogia, la calumnia, la mentira y el engaño. Los medios de comunicación, en vez de buscar el sensacionalismo y atizar la confrontación, como único medio de generar audiencia, deberían exigir a los políticos que justifiquen sus declaraciones y sus actuaciones. En vez de trabajar por aumentar la audiencia a cualquier coste mediante el sensacionalismo, deberían servir de cauce de clarificación de las actuaciones y declaraciones de los políticos. Pero, en la política en general, no hay coherencia, es todo oportunismo.
Hay partidos que creen que la politica es el arte de la mentira y del engaño y Podemos es su máximo exponente. Debería exigiese a los políticos su responsabilidad frente a las mentiras, y a los periodistas también.
Es necesario un esfuerzo de todas las fuerzas democráticas, partidos, medios de comunicación, poderes públicos y sociedad civil, para desenmascarar a Podemos y sus dirigentes. Es necesaria y urgente al actuación de jueces, fiscales y policía para clarificar las actuaciones presumiblemente delictivas de sus dirigentes.
Un gobierno PSOE-Podemos indiscutiblemente traería mayor pobreza, bajada de pensiones, y violencia. La sanidad pública sería una sanidad de beneficencia, para pobres, y la asistencia socio sanitaria se degradaría hasta límites inadmisibles. Los efectos serían peores que los causados por Syriza en Grecia donde ya más del 75% quiere que le sustituya el partido de centro derecha Nueva Democracia.
Y serán peores porque Podemos es más extremista, es un partido marxista leninista que, al igual que hizo Lenin en Rusia, se disfraza de socialdemócrata. Hasta alcanzar el poder.
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