Debido a múltiples causas, entre las que se encuentran el incremento de las migraciones y el abuso o el mal uso de los antibióticos, tanto en humanos como en los animales de ganadería, se han ido formando, de manera progresiva, resistencias en las bacterias causantes de enfermedades, a los medicamentos antibióticos tradicionales. También han aparecido nuevas cepas de bacterias multirresistentes, con una presencia prevalente en los medios hospitalarios, que están suponiendo un grave problema para la salud de los enfermos.
Un problema global de salud pública
El rápido desarrollo de las resistencias bacterianas, ha ido aparejado, sin embargo, con una baja producción de nuevos antibióticos que, además, son cada vez más difíciles de producir y más costosos, lo que evidencia que vamos teniendo menos alternativas terapéuticas y pocos fármacos para enfrentarnos a las bacterias resistentes. Es necesario que se generen incentivos a la investigación y producción de un nuevo arsenal terapéutico que nos permita afrontar este reto a nivel global.
Porque este crecimiento de la multirresistencia supone un creciente y grave problema global para la salud. Los virus y las bacterias no conocen fronteras. Según los expertos, las resistencias a los antibióticos podrían costar más de 10 millones de vidas en todo el mundo en el año 2050.Pero también supone un coste económico.
El impacto económico
El impacto económico de la multirresistencia bacteriana en el Sistema sanitario viene dado por los mayores costes asistenciales que suponen el alargamiento del tiempo de hospitalización, las estancias en UCI, el aumento de pruebas, etc. También el coste de los fármacos de segunda y tercera línea, más caros y más escasos y, finalmente los costes derivados de la salud en cuanto el alargamiento de la incapacidad laboral transitoria o la incapacidad permanente. Y los costes de oportunidad a no aplicar ese tiempo y recursos a la atención a otras patologías.
Necesidad de vacunación
Por eso es tan importante la vacunación preventiva, contra estas enfermedades; porque ya no se combaten tan fácilmente como antes, debido a estas multiresistencias bacterianas, y no responden adecuadamente a los tratamientos terapéuticos con que contamos.
Creo que el esfuerzo ingente realizado por conocer la acción y la composición del nuevo coronavirus y de los comportamientos de genes, proteínas, encimas, y el comportamiento molecular de las células y del sistema inmunitario, va a suponer un notable avance de las ciencias ómicas que nos lleve al progreso de la nueva medicina y que se traduce en remediar el origen de la enfermedad y no solo sus efectos, mediante un tratamiento personalizado y dirigido. Y, por supuesto al rápido desarrollo de nuevas vacunas para virus y bacterias.
Infección bacteriana y Covid19
Por otro lado, la enfermedad del Covid19, desarrollada por la infección del coronavirus SARS-Cov-2, se presenta en muchas ocasiones acompañada con otras infecciones, víricas o bacterianas como la producida por el neumococo en los procesos de neumonía. Según vienen diciendo expertos como el profesor Angel Gil, es muy importante que las personas mayores o de alto riesgo estén vacunadas con vacunas antineumocócicas conjugadas trecevalentes, como ya se hace en Madrid y otras Comunidades Autónomas.
Porque las largas estancias hospitalarias y las agresiones producidas por la introducción de sondas o respiradores, no dejan de ser un riesgo para las infecciones nosocomiales, a pesar de las importantes medidas preventivas y de higiene asumidas. Poe ello, las medidas preventivas de salud pública y de higiene, tanto a nivel social como en los ámbitos hospitalarios, son necesarias.
Es evidente la necesidad de promover la vacunación antibiótica en la población: especialmente en la población de riesgo debido a su edad, a su situación patológica o a su actividad y al entorno en el que esta se desarrolla.
La multirresistencia del bacilo de la tuberculosis
A título de ejemplo, quiero traer aquí unas cifras para su consideración: Según la Organización Mundial de la Salud unos 2.300 millones de personas en el mundo, están infectadas por el bacilo de la tuberculosis, la inmensa mayoría asintomáticas, de las que solo entre un 5 y un 15% tienen un riesgo de enfermar de tuberculosis a lo largo de la vida. En 2018 enfermaron de tuberculosis más de 10 millones de personas, de las cuales 1,5 millones fallecieron a causa de la enfermedad
Por otro lado, y a modo comparativo, según datos al 12 de diciembre de 2020, en prácticamente un año, se han producido 70 millones de casos positivos (infectados) por SARS-Cov-2 (no de enfermos) de los que 1,6 millones fallecieron.
Hoy, la tuberculosis multirresistente (casi un 5% de los enfermos), supone, según la OMS, una crisis de salud pública y una amenaza a la seguridad sanitaria; habiendo una variante de la misma, la tuberculosis ultrarresistente, que no responde a los medicamentos antituberculosos de segunda línea más eficaces, lo que deja a muchos pacientes sin opciones de tratamiento.
Esta enfermedad es prevalente en Asia y en algunas zonas de África. En Europa ha estado prácticamente erradicada, pero está resurgiendo debido a la alta movilidad migratoria. Por ello actualmente resulta difícil obtener la vacuna contra la tuberculosis en España, pese a estar comercializada oficialmente en nuestro país. No obstante, poner fin a la epidemia de tuberculosis para 2030 es una de las metas relacionadas con la salud de los Objetivos de Desarrollo Sostenible.