El cielo gris azulado se recorta entre las nubes
de una incipiente noche fría y húmeda de invierno en el campo.
Las encinas, de un verde agrisado, hacen de horizonte cortado
contrastando con la luz acerada del cielo.
Regreso a mi casa…
Por fin la noche cae ante un día inconcluso,
dominada por una luna que brilla tras las nubes
perfilando sus siluetas
y las de las oscuras matas de los árboles…
La plenitud de la naturaleza…
Y este bello instante antes del anochecer
me descubre el secreto de la vida:
la belleza de los instantes, la felicidad del momento,
que queda grabado para siempre en el fondo del alma.
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