Cuando la luz se pone amarilla
y las nubes al fondo enrojecen
las almas se acercan a la orilla
y las mentes de pronto enmudecen.
Cuando la mente reluce encendida,
los ojos se cierran y la vista se nubla
aflora el placer de una idea perdida
que intensamente vence cualquier duda.
Es entonces cuando los colores
del cielo y la mente se sobreponen
y estallan como un ramo de flores.
Es entonces cuando los amores
se sienten aunque no se razonen
y superan y se mezclan los dolores.
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