El título de su libro «La transformación de la asistencia sanitaria» alude a un problema que urge en España. ¿Hasta qué punto hay que replantearse ya este proceso?
La nueva medicina está ya provocando un cambio en la asistencia sanitaria. Un ejemplo son las llamadas Car-T. La nueva medicina trata de atacar las causas de las enfermedades, no solo sus efectos. En una medicina centrada en los procesos moleculares de las células, en el funcionamiento de nuestro sistema inmunitario y metabólico. Las nuevas terapias se desarrollan en este aspecto de manera individualizada en función del genoma y las características de la enfermedad. Esto de manera muy relevante en el cáncer, en enfermedades del sistema circulatorio, en enfermedades infecciosas, inflamatorias y del sistema inmunitario como la artritis o la artrosis. Sin olvidar las llamadas enfermedades raras. Si no cambia la asistencia sanitaria nos veremos avocados a problemas de todo tipo; legales, financieros y de eficiencia y eficacia de las actuaciones de los profesionales y de nuestro sistema sanitario
Alude a la recuperación del modelo Alcira. ¿Por qué resulta tan necesario?
Solo señalo que el modelo de gestión, integrando todos los dispositivos de un área de salud, con una financiación capitativa y con interfacturación con otros hospitales ajenos a su área, es el más eficiente, el más competitivo y el más eficaz. Y además es el modelo que más induce a la promoción de la salud, a la prevención de las enfermedades y al diagnóstico precoz. Es un modelo que, al ser muy competitivo, induce a un constante aumento de la calidad y de los resultados en salud. Con un modelo de gestión empresarial que en ningún momento está reñido con los objetivos sanitarios sino todo lo contrario. Y todo esto independientemente si la propiedad es pública o privada. No se trata de privatizar sino de optimizar el dinero que los ciudadanos aportan mediante impuestos ofreciéndoles mejores servicios y mejores resultados en salud.
También, menciona extraer lo mejor de cada modelo autonómico y refundar así esa tan ansiada Sanidad. ¿Cómo se puede hacer? ¿Qué ejemplo se pueden extraer?
No se trata de refundar nada. Solo hago hincapié en que sería muy bueno que algún organismo estatal, como el actual INGESA, pudiera ser un foro de información e intercambio de experiencias en materia de organización, en materia de gestión o en el uso de las nuevas tecnologías, etc. que permitiera optimizar los esfuerzos de todos. Esta propuesta la elevamos en su día al Ministerio de Sanidad de turno quien hizo caso omiso de la misma. Se trata de romper con la situación actual en que cada Comunidad Autónoma vive de espaldas tratando de reinventar la rueda. En este sentido estamos trabajando realizando encuentros en que el Servicio de Salud respectivo presente los retos asumidos y los logros alcanzados, editándolo también en libros de la Fundación como el último editado sobre el Servicio Vasco de Salud, Osakidetza.
Hace hincapié en todo lo nuevo que ya está aquí sin olvidar (las especialidades ómicas, el Big data…) que es imprescindible su inclusión en el día a día. ¿De qué forma pueden entrar en esa consulta del clínico sin suponer un “temido gasto”?
En la consulta del clínico lo que entrará son ayudas al diagnóstico y a la prescripción de la terapéutica más adecuada. Esta ayudas serán cada vez mejores y más eficaces mediante el desarrollo de la inteligencia artificial y la inteligencia de datos, el llamado “big data”.
Uno de los temas que redundan en su obra son las complicaciones y galimatías legales de las 17 CCAA. ¿Qué medidas se podrían poner sobre la mesa para solucionarlo? ¿Se podría dotar de más entidad al Consejo Interterritorial?
El hecho de tener 17 Parlamento dictando leyes, aunque tienen que contemplar lo legislado a nivel estatal y las directrices de la Unión Europea, nos ha generado un galimatías legal muy difícil de sobrellevar. En 2017 se publicaron casi un millón de páginas (un total de 954.568) en boletines oficiales de las que 223.000 son del BOE, pero más de 731.000 de los boletines de las comunidades autónomas. ¿Ustedes creen que, por ejemplo, cada Comunidad ha de tener una Ley de desechos y obligaciones de los ciudadanos respecto a la Salud? ¿Qué han de tener una Ley específica de Farmacia? Estamos inmersos en un galimatías legal que impide la trasparencia, la igualdad y la accesibilidad a los mejores tratamientos y resultados en salud.
Yo vengo proponiendo que cualquier propuesta de ley de una Comunidad Autónoma debería someterse a un organismo estatal (yo propongo el Senado en cuanto a cámara de representación territorial) donde se estudiaría su posible aplicabilidad a todo el territorio o se identificaría aquello que fuera singular y diferencial de la Comunidad proponente. Claro que además debería realizarse un estudio de la legislación de las diferentes Comunidades con el fin de elabora textos refundidos que se propondrían a la aprobación del Congreso de los Diputados, cuya aprobación supondría la anulación del conjunto de leyes refundidas.
Prevenir. Es uno de los grandes propósitos de la Medicina del siglo XXI. Lo menciona en el libro. ¿Cómo se asume el reto de cambiar un sistema enfocado a curar y a mitigar la enfermedad a desarrollar procesos en los que se intente predecir los accidentes y las patologías?
En esto parece que estamos todos de acuerdo. Hay que cambiar de una medicina reactiva a una medicina proactiva que trate de anticiparse a la enfermedad promoviendo la salud mediante hábitos de vida saludable y la prevención de las enfermedades mediante la vacunación y la gestión de los riesgos de las personas con una gestión de base poblacional. El problema es que llevamos diciendo esto más de veinte años y, sin embargo, se hace muy poco. Yo propongo reforzar la atención primaria de una manera muy importante para que sus médicos sean los gestores de los riesgos de salud de la población que tengan asignada. �