Si no pudiera escuchar,
si no pudiera leer,
si no pudiera sentir
de la vida el placer,
no podría nunca amar
ni podría nunca herir
mi alma, ni padecer.
Sentir la brisa del aire
fresca al amanecer,
gozar del olor de la tierra
cuando acaba de llover,
vivir con placer escuchando
la música al atardecer.
Leer vidas y sentimientos,
que analizo con mesura
y me inspiran pensamientos,
de felicidad y amargura.
Sentir de la vida el vértigo
que me hace perder la noción
del tiempo y tener la ilusión
en un mundo que no es auténtico.
Todo se para, se suspende
todo gira alrededor,
la vida de un hilo pende
a lo largo del corredor
que nos lleva hacia la muerte.