DEIA. Una entrevista de Nekane Lauzirika – Domingo, 27 de Marzo de 2016 – Actualizado a las 06:03h
GASTEIZ- Presidente de la Fundación Bamberg, Ignacio Para apuesta por la revolución del sentido común, “porque este país necesita un movimiento cívico que ponga fin a todo el sinsentido en el que se vive en España”, explica a DEIA este polifacético economista que considera que “la riqueza y la cultura determinan el estado de salud de un pueblo”.
¿Por qué cree que es preciso una revolución del sentido común?
-En nuestra sociedad veo que entre los políticos no hay ningún sentido lógico. Cada uno va a lo suyo. Y por otro lado, están los periodistas televisivos que buscan el sensacionalismo; profesionales a los que no les importa decirse entre ellos los mayores disparates con el único fin de ganar audiencia.
Pero la sociedad les sigue.
-Estamos en una situación en la que la gente es indolente, vaga; no quieren hacer nada, buscan que se lo den todo hecho. No quieren pensar, a lo que se suma el bajísimo nivel cultual que tenemos. Este sinsentido ha hecho que haya una caída vertiginosa de la autoestima; el odio hacia nuestra cultura, nuestra historia y hacia nuestra identidad.
¿De verdad cree que esto es así?
-En España, como en la UE hay una Eurofobia, existe una hispanofobia asumida.
¿Por qué?
-Porque no hay nadie que ilusione a la gente, que le proporcione unos objetivos, que les haga creer en algo nuevo. Los nacionalismos que surgen están cubriendo esa ausencia de perspectivas dándoles a mucha gente una cierta esperanza. Se aprovechan de ese vacío para crecer en su línea.
Su segundo libro lo titula ‘Nuestra sociedad en peligro’ ¿Lo cree?
-Si no se toma en serio el tema demográfico y seguimos como ahora, en cien años la población autóctona, nuestra sociedad, habrá desaparecido.
¿Por qué tan poco interés de los políticos en el tema demográfico?
-En estos momentos en la sociedad está mal visto que una mujer tenga hijos. En vez de pensar que son un bien para la sociedad porque consiguen renovar nuestra historia y permiten nuestra prolongación, se penaliza a las mujeres. No tiene sentido ya que nuestra continuidad está en los hijos y en los nietos.
Pero ocurre todo lo contrario.
-A la mujer que desea tener hijos se la mira mal, igual que a una familia con varios hijos. Cuando lo que están haciendo es garantizando que las personas que ahora son jóvenes puedan vivir luego en un Estado de bienestar, porque sin nuevas personas que repongan la población no habrá ningún Estado de Bienestar. Un decrecimiento demográfico significa irremediablemente un decrecimiento económico, porque los pisos se quedarán vacíos, las tiendas tendrán que cerrar… Cualquier economista lo tiene claro.
¿La inmigración será la solución?
-Los que piensan esto se equivocan porque no hay una inmigración alternativa. Si hubiera otros países en la UE sin este problema tendríamos una inmigración desde Europa; pero Alemania, Italia, Francia, están también en la misma situación que España. Países que van a desaparecer si no hacen algo; la única inmigración que puede venir aquí es de muy baja cuantificación; además, en su mayoría, con una cultura islámica; Europa camina hacia el tercermundismo; ya está ocurriendo. Porque al contrario que entre nosotros, la cultura islámica propala desde las mezquitas la procreación.
¿Qué sucederá?
-Que los autóctonos nos moriremos y se quedarán ellos. Es una triste historia que vaya desapareciendo la cultura europea, porque es un exponente de la civilización. Hoy día, todo lo que tiene de progreso en el mundo, lo tiene porque fueron receptores de esa cultura europea humanístico cristiana. No sé a qué juegan los políticos y los periodistas que tienen la capacidad de influenciar sobre ello.
¿Habrá Estado de bienestar?
-Solamente se alcanza el Estado de Bienestar si tenemos un nivel económico que lo pueda proporcionar. Lo que pasa es que nadie valora lo conseguido, lo que tenemos, y todo el mundo está por dejar nuestra historia de lado, y por destruirla con actitudes antisistema de odio. Nos quieren hacer creer que es un país que está hecho una pena cuando es uno de los mejores del mundo para vivir;
¡Que panorama tan poco halagüeño!
-Lo que está mal hay que resolverlo, porque éste es un país estupendo, donde se vive muy bien. ¡Claro que hay injusticias sociales por resolver! Porque los políticos se han afanado más por conseguir viviendas para jóvenes porque proporcionaban votos y han marginado y se han olvidado de los excluidos sociales, de los que realmente necesitan la protección. Lo mismo ha ocurrido con los sindicatos, que se han preocupado más de defender los derechos de los que les votan, de los que están trabajando en las grandes fábricas y se han olvidado de los parados.
¿Qué habría que hacer?
-Las personas con capacidad mediática, económica e intelectual deben de reaccionar ante esta situación y organizarse en un movimiento cívico que sea capaz de enfrentarse a todo esto. Y hacer frente a estos malos políticos que tenemos, a estos nefastos medios de comunicación que tenemos y transformarlos. Hoy día existe un oligopolio en las televisiones. Tampoco puede ser ni debemos aceptar que una gran compañía que se dedica solo a obtener gran rentabilidad económica tenga un periódico de derechas, otro de centro y una televisión de izquierdas… Y todos mediante la controversia y crispación provocada con la única finalidad de obtener rentabilidad económica o política. Es una barbaridad contra nuestra sociedad.
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Y lo malo es que estamos criando cuervos, en Caritas Parroquial el 99 % de los que atendemos , son inmigrantes y de ellos el 90% son marroquíes, que exigen la ayuda, porque conocen las leyes mejor que los mismos españoles, Y no puedes decir nada porque te acusan de xenófoba, Trabajan 6 meses y al día siguiente ya están pidiendo ayudas aunque estén cobrando el paro, y te levantan la voz si pones algún inconveniente, vienen varios de la misma familia y si los descubres son capaces hasta de amenazarte, No puedes ni imaginarte la cantidad de casos que nos ocurren cada semana, hasta el punto de que yo he tenido que dejarlo porque no podía más. Y las fámilias españolas más necesitadas, (pobres vergonzantes), necesitan ayuda y no van ha pedir porque no se atreven ha esperar en la cola junto a ellos. Tenemos que llevarles las cosas a su casa.