El Islam es una doctrina político-religiosa; no es solo una religión, es principalmente una dictadura teocrática que impone un código civil, la Sharía, propia de la más rancia Edad Media, el siglo VII y de los nómadas del desierto de Arabia. Su finalidad es el sometimiento del hombre a Alá, es decir, a los gobernantes teocráticos y la imposición a toda la humanidad mediante el desarrollo de la Guerra Santa, la «Yihad».

El Corán contiene mas de 52 suras o versículos incitando a la violencia contra las comunidades judía y cristiana, principalmente, además de contra los «infieles» en general. El Corán es un libro que promueve sin duda alguna, la «judeofobia» y la «cristianofobia», y por tanto, el enfrentamiento violento entre comunidades. Además, las corrientes más extremistas como el Salafismo y el Wahabismo son las corrientes mayoritaritarias de difusión del Islam.

El panorama no puede ser mas preocupante para el Progreso, la Democracia y el futuro de la Humanidad. Sobre todo ante la actitud indolente y conformista y la falta de ideales e ilusiones de la gente, especialmente la más ignorante, que la hace candidata al sometimiento víctimas del terror islámico.

El Islam utiliza todos los medios para destruir y dominar nuestra civilización: comprando empresas o participaciones financieras, la producción de petróleo, los medios de comunicación, principalmente la TV y las redes sociales, la construcción de mezquitas y escuelas coránicas, fomentando y provocando la inmigración, la incitación por los Imanes a la procreación, y mediante el terror y la guerra total. Y los movimientos antisistema, de extrema izquierda o nacionalismos locales rupturistas de los Estados europeos. Los islamistas quieren destruir nuestros países, nuestras sociedades, en connivencia de intereses con estos movimientos extremistas, aunque aquellos para así imponer el Islam fundamentalista.

La actitud de gran parte de los gobernantes europeos es muy irresponsable, pecando de oportunismo y de un supuesto buenísimo dejando indefensos a sus compatriotas. Es necesario concienciar a la gente y reaccionar ante este peligro antes de que sea tarde. Es necesario reformar y desarrollar la legislación en relación con las relaciones con los países islámicos, afrontar seriamente el problema del decrecimiento demográfico, abandonar en enfrentamiento fratricida ente los partidos políticos y ofrecer un proyecto de futuro que ilusione y apasione a los ciudadanos europeos.

Europa necesita recuperar su identidad, el orgullo de pertenencia de sus ciudadanos y su vitalidad como impulsora mundial del progreso y la cultura.

Y Desearía que España fuera la primera en dar ejemplo.
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