Mientras su música con placer oía,
la mirada fijaba evanescente
su figura en el centro de su mente,
soñando con recordar aquel día.
Los suaves acordes la embriagaban
de un intenso placer efervescente
flotando por el aire suavemente
los recuerdos y sueños que se acaban.
Y él la miraba y erguido cantaba
con la alegría, ternura y tristeza
del amor y pasión que le embargaba.
Es la fantasía la que creaba
este cuadro que no sé con certeza
si existió o mi mente imaginaba.
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