Una de las estrategias de conquista de la Yihad es generar una emigración incontrolada de musulmanes a Europa huyendo del terror realizado por el Estado Islámico en las guerras de Irak, Siria y Libia. El terror y el pavor son armas que acaban produciendo huidas y síndrome de Estocolmo.
Europa debería de promover que los refugiados vayan a Turquía, Arabia Saudí o incluso a Irán u otros países donde, aunque rija la Sharía, no haya guerra.
Europa podría compensar a esos países para así favorecer su acogida. Europa debería acoger nada más que a personas afines a su cultura y con garantías de integración. La inmigración de musulmanes no ha generado hasta ahora más que guetos donde se difunde el islamismo radical y la Yihad. Y esta situación cada vez irá a más. Hasta que no la podamos contener.
Si no se toman medidas, Europa no sobrevivirá a esta avalancha inmigratoria y demográfica.
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