Las democracias liberales, debido al alto grado de libertades que gozan sus ciudadanos, son regímenes políticos débiles que de necesitan protección especial contra aquellos agentes externos o internos que, aprovechándose de sus libertades, quieren conquistarlas o destruirlas.

La mayor protección se logra con leyes claras y justas, una judicatura que las aplique y unas fuerzas de seguridad que las hagan cumplir. Es decir, el cumplimiento estricto del Estado de Derecho. Cualquier vacilación es aprovechada por sus enemigos para destruirlo.

Cuanto más libre es un pueblo más necesita protegerse de aquellos que lo quieren esclavizar…
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