Guarda siempre en tu alma
la sonrisa de niño
y, sin perder la calma,
búscala con cariño.
No pierdas la frescura
del pensamiento abierto
a toda la hermosura
en este mundo incierto.
La ilusión de las cosas,
todas nuevas y hermosas.
La ilusión de las personas
siempre de amor ansiosas.
Busca medallas y coronas
inmateriales, simbólicas,
que alejen de tu corazón
tentaciones diabólicas.
Siente con emoción
la vida, el color, las rosas
y ten la satisfacción
de las acciones airosas.
De tus acciones adivina
la virtud que sea divina.