Larghettos, adagios, sonatas,
lánguidos y espirituales,
son expresión de saudades
que unen corazón y alma.
Bach, Albioni (Giazzoto),
adagios del barroco devoto.
De Vivaldi las sonatas
más allá de las cantatas.
La plenitud de Beethoven,
sinfonías y larghettos;
el claro de luna joven,
controversia de afectos.
Prokofiev y Smetana
directamente el alma sanan.
Ensoñaciones de un mundo
que de sentimiento profundo
Schubert y Chopin embargan.
Languidez, atonía musical
en contraste con la fuerza y vigor
que resaltan la vitalidad,
que fuerzan al dolor y al amor,
que embriagan de felicidad
adormeciendo el mal.
Romanticismo, y racionalismo,
raciocinio y emoción
son dos caras de lo mismo:
inteligencia con pasión.
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