Las tecnologias de la información y, específicamente, el software clínico y sanitario, son elementos esenciales para la sostenibilidad del sistema nacional de salud.
Como es ya de dominio público, estamos ante una nueva situación marcada por la globalización, las migraciones demográficas y, en el mundo desarrollado, por el envejecimiento de la población y una alta concentración y dispersión demográficas.
Por otro lado, el avance de las Tecnologías de la Información y la Comunicación han supuesto una revolución en cuanto a la accesibilidad de los ciudadanos a la información médica y sanitaria, motivando esta información que los ciudadanos vayan cambiando sus hábitos de vida haciéndolos más saludables y cambiando también su relación con el médico, desde una posición más o menos informada, con mejor o peor información, pero, en todo caso, más exigente.
Igualmente, el avance desarrollado por nuevos los fármacos, la biotecnología, la genómica y la fármaco-genómica, así como el avance de las tecnologías diagnósticas y terapéuticas -apoyadas fundamentalmente en las tecnologías de la información- y el esfuerzo incipiente desarrollado por los Estados en la promoción de la salud, han provocado un alargamiento de la esperanza de vida (y de vida útil), que en el caso de España se sitúa en uno de los más altos del mundo, como es el caso de Castilla y León o Navarra.
En España y en la mayoría de los países desarrollados, el Estado garantiza, mediante un aseguramiento universal, la atención sanitaria a todos sus ciudadanos con cargo a los presupuestos públicos, es decir, financiado a través de los impuestos.
Nos encontramos así pues en España con problemas como el de un crecimiento demográfico muy fuerte creado por la inmigración, como ocurre en Madrid, o en Canarias y en otras comunidades, y la aparición de nuevas enfermedades o enfermedades que estaba ya erradicadas pero que han vuelto a aparecer debido a esas migraciones.
También, la baja natalidad y el alargamiento de la vida, provocan una situación de envejecimiento de la población, con una pirámide invertida, con el consiguiente crecimiento paralelo de enfermedades degenerativas que ello conlleva. España es uno de los países con menor tasa de natalidad del mundo, paliado en parte ahora por la inmigración.
Pero además, los avances médicos y farmacológicos están permitiendo que enfermedades mortales como el sida, el cáncer y las enfermedades cardiovasculares, se cronifiquen e incluso se curen.
El incremento de la sensibilidad de los ciudadanos hacia la salud y el incremento de la demanda de servicios asistenciales, motivados por los aspectos antes tratados, obligan a las administraciones a un ineludible aumento del gasto sanitario, pero, a la vez, a un desarrollo del gasto más eficaz y eficiente, es decir, más económico, lo que conlleva rentabilizar al máximo los recursos disponibles.
Los retos ante los que nos encontramos son garantizar la sostenibilidad económica y financiera de los Sistemas de Salud, asegurar la calidad y la seguridad de los pacientes y optimizar el uso de las nuevas tecnologías, trasformando estos retos, como decía, en oportunidades de mejora y de eficiencia. Además, dado nuestro sistema sanitario descentralizado, es necesario garantizar la equidad y accesibilidad de los ciudadanos a la asistencia sanitaria así como la cohesión entre los diferentes servicios autonómicos de salud.
Las Tecnologías de la Información y la Comunicación son un elemento muy importante para garantizar la eficiencia siendo un medio ineludible para la futura sostenibilidad del Sistema.
Además el software es una herramienta imprescindible para mejorar la seguridad de la práctica clínica, mejorando los procesos de diagnóstico, prescripción terapéutica y administración de la misma, haciéndolos más eficientes, evitando errores y mejorando la calidad asistencial y la confortabilidad de los pacientes.
Estas tecnologías permiten, ante la creciente presión asistencial recibida desde los pacientes, mejorar también la productividad de los profesionales sin tener que ampliar su horario de trabajo.
Sin embargo, aunque la aplicación de las Tecnologías de la Información indudablemente conduce a significativas mejoras en la prestación sanitaria, su dotación económica por el Sector Sanitario es todavía muy baja, situándose, en promedio, en menos del 1% del presupuesto, aún cuando el objetivo de la Unión Europea es llegar al 5% situándose así en un porcentaje más cercano al de otras industrias como la banca o el turismo.
Paradójicamente, si hay un sector con más beneficios en cuanto a seguridad, calidad y eficiencia debido al uso de las TIC, éste es el Sector de la Salud.
Las inversiones en tecnologías de la Información en sanidad, y especialmente en el software, que es la expresión del conocimiento incorporado en las tecnologías de la información, son las inversiones más rentables, tanto en términos económicos como clínicos y sociales y con un mayor retorno de la inversión.
La práctica médica y clínica es la actividad por excelencia basada en el Conocimiento. Plataformas de gestión del conocimiento, que permiten compartir la información y la documentación clínica, desde la información clínica de los pacientes hasta experiencias de la práctica clínica, estudios, documentos, guías clínicas, etcétera, permiten que el conocimiento pase a la acción, ya que si no, queda imperfecto y desaparece.
Pero, cada día más, el ejercicio de la práctica clínica y asistencial se realiza en un marco pluridisciplinar, trabajando en equipo orientado a procesos asistenciales y centrados en el paciente. Hoy en día hay productos que permiten conectarse a las personas
componentes de los equipos o componentes de organizaciones tales como un hospital o un área de salud y puedan saber la situación y disponibilidad de cada persona y comunicarse vía voz e imagen entre ellos, compartiendo datos e imágenes clínicas.
Estas soluciones, que se enmarcan en el contexto de la telemedicina, potencian la capacidad resolutiva y la productividad de los equipos de Asistencia Primaria, permitiendo compartir los recursos disponibles en los hospitales y clínicas ambulatorias o centros de especialidades, optimizando también así los recursos disponibles.
Uno de los retos de los Sistemas de Salud, sobre los que es necesario realizar el mayor esfuerzo, es tratar de que la gente no enferme, de que los ciudadanos tengan una vida cada vez más y más saludable; y esto ayudará considerablemente a la sostenibilidad económica y financiera pues evitará el desarrollo de enfermedades, muchas de ellas agudas y de costoso tratamiento como son el cáncer y las enfermedades cardiovasculares.
Las tecnologías de la información pueden ayudar decididamente a ello. Los sistemas de gestión de relaciones con los clientes, es decir, con los ciudadanos usuarios de los servicios de salud, llamado CRM, permiten controlar las condiciones de salud de los ciudadanos y sus interacciones con el Servicio de Salud de su Región y, con el conjunto de Servicios de Salud Nacionales. Mediante este sistema se pueden diseñar campañas de información sanitaria a poblaciones con riesgo personal, ambiental o laboral para su salud, campañas de vacunación o de revisiones diagnósticas y su seguimiento, integrado con los sistemas operacionales de gestión de pacientes.
Las soluciones Business Inteligent, orientadas a Sanidad, permiten el análisis del performance, la obtención de Balanced Scorecards y sistemas de información ejecutiva, integrados con sus soluciones de usuario, como correo electrónico y tratamiento de textos, y con los sistemas de telefonía móvil. Esto permite a su vez que los responsables de los diferentes procesos y departamentos de un Centro de Salud o de un Hospital, puedan estar informados en su ordenador o en su teléfono móvil, en tiempo real, sobre los incidentes o desviaciones críticas que se produzcan durante la actividad asistencial.
Pero no quiero ser exhaustivo; solo he querido dar unas pinceladas y acabar diciendo que las tecnologías de desarrollo de aplicaciones deben cumplir con los objetivos de funcionalidad, interoperabilidad, rendimiento, amigabilidad y facilidad de uso más exigentes.