El mayor exponente de la libertad, en una sociedad democrática es la ley. Sin ley no hay libertad mas que la del más fuerte.
No se pueden cometer hechos ilícitos amparados por la libertad de expresión. La incitación a la violencia, al incumplimiento de las leyes, en un estado democrático, son hechos ilícitos que deben ser perseguidos y sancionados.
Fundamentalmente si estos hechos son cometidos por políticos o periodistas, organizaciones públicas y medios de comunicación, debido al impacto mediático y el escándalo que proporcionan.
Ningún medio de comunicación, ningún político, ninguna organización política o administrativa debe saltarse la ley. Hay que perseguir que ningún medio de comunicación, ningún político, ninguna persona se salte las leyes bajo la excusa de la libertad de expresión.
La fiscalía debe de actuar. Ante la duda, el fiscal debe siempre de actuar pues ya están los jueces para dictaminar. La fiscalía debe de actuar, y los jueces también, independientemente de la coyuntura política, económica o social. Lo contrario es prevaricar.
Las sociedades libres y democráticas deben de protegerse mediante leyes adecuadas y mediante la actuación de los jueces y fiscales, ante aquellos que no son demócratas y que, aprovechándose de las libertades que disfrutan, quieren acabar con ellas.
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