Mientras el PSOE plantea la centralización de compras y servicios y el deporte como elemento central para la mejora de la eficacia en resultados en salud, el Partido Popular reclama transparencia sobre los resultados del sistema para una libre elección informada por parte de los ciudadanos.
Sin embargo, en sus programas electorales, ambos partidos coinciden en algunos puntos fundamentales como por ejemplo el
mantenimiento de un sistema sanitario, universal, gratuito y de calidad y el rechazo el copago. También ambos partidos coinciden en el establecimiento de un catálogo de prestaciones sanitarias que estará garantizado en todo el territorio nacional. Lo mismo ocurre con la necesidad de profesionalización de la gestión.
En materia de medicamentos, el PP se compromete a definir una política farmacéutica sostenible, estable y previsible, que ponga en valor el esfuerzo investigador, que cuente con los profesionales farmacéuticos y se oriente al beneficio del paciente, con un especial esfuerzo para conseguir más eficiencia en el uso del medicamento en los centros públicos, tema que el Psoe no aborda.
Tras continuas declaraciones ideológicas con referencias veladas a las acusaciones al PP de privatización de la sanidad, el PSOE declara que eliminará beneficios fiscales del impuesto sobre las primas de seguros de asistencia sanitaria y de enfermedad. Igualmente propone que los presupuestos para sanidad tengan carácter finalista, así como la creación de una Agencia del Sistema Sanitario, responsable de consolidar instrumentos para la cohesión del sistema en información, compras, personal, normas técnicas, movilidad de los pacientes, etc. También propone la creación de un Instituto de Calidad y Excelencia Clínica para el análisis y la idoneidad de la adquisición de equipos y tecnologías asistenciales.
El programa del PSOE está precedido de numeroras afirmaciones respecto a la prestación de los servicios sanitarios que son exclusiva competencia de las Comunidades Autónomas, imposibles de cumplir sin su consenso y, siendo sin embargo continuista respecto a las competencias del Ministerio, crea más organismos, lo que supondrá un incremento del gasto y la burocracia, no plantea acciones de eficiencia y exacerba su espíritu estatalizante y burocrático. Como muestra de lo que decimos, declara “centralizaremos para todo el SNS los servicios de mantenimiento (electromedicina, energía, ascensores, etc.) y de apoyo a la asistencia sanitaria (servicios radiológicos, sistemas de información asistenciales, sistemas de información de gestión, etc.) También dice que se implantarán criterios comunes de eficiencia energética en todos los centros del SNS, y se negociarán contratos comunes de suministro energético.
Esta posición estatalista de monopsonio se traduciría en la realización de macroconcursos, limitando la capacidad de gestión de los centros, supone cercenar la competencia y, por tanto, la innovación e impondría la mediocridad igualitaria para todos los centros.
El programa del PP es un programa eminentemente práctico, sin declaraciones ideológicas ni intenciones veladas, claro y expeditivo en el que lo que se compromete es a adoptar todas aquellas medidas que garanticen el acceso universal a unas prestaciones de calidad, incorporando todas aquellas innovaciones que supongan una mejora real en el tratamiento de las enfermedades y acometiendo las reformas necesarias para mejorar la accesibilidad, eliminar la burocracia y ganar eficiencia en la gestión, promoviendo la colaboración de todos los recursos sanitarios en favor de los pacientes. Confiamos en que lo logrará, y desde la Fundación Bamberg tendrá todo el apoyo, cuando llegue al gobierno.
Desde la Fundación le pediríamos al nuevo gobierno que salga de estas elecciones que se rodee de profesionales en la gestión sanitaria, en la gestión de los hospitales y centros, en la gestión clínica, que a los políticos sin experiencia de gestión los dediquen a la política pero no a la gestión; que analice el impacto que cada medida de eficiencia y de ahorro pueda tener en el
tejido empresarial, en el paro y en la calidad asistencial y que se centre en lograr la eficiencia de las administraciones públicas, la mayor calidad al menos coste de los servicios sanitarios, con el fin de garantizar una sanidad gratuita y de calidad con carácter universal para todos los ciudadanos como es su objetivo. Hay que sanear las cuentas y ajustarnos al presupuesto, como cualquier familia, pero también hay que crear objetivos de crecimiento y de mejora, definir estrategias y establecer los caminos para alcanzarlos. Y esto, para que tenga éxito, hay que hacerlo codo con codo con la sociedad civil, con los profesionales de la salud, con los pacientes y con las empresas del sector de la salud.
Es necesario definir un Modelo, el mejor posible, con el convencimiento que la salud de la población es un objetivo estratégico de primer nivel para un país, y que resuelva los problemas que ahora existen de universalidad, financiación, cohesión, equidad, accesibilidad, calidad, eficiencia e innovación, fijando una hoja de ruta para alcanzarlo en los próximos años. Para ello ofrecemos como referencia el Modelo de Futuro de Gestión de la Salud que hemos elaborado para su estudio a partir del cual construir en nuevo modelo y sobre el cual seguimos trabajando intensamente.