Se me olvidaba ya el volver a verte,
y me olvidé enseguida de olvidarte
pues no podía dejar de quererte;
toda mi vida tendría que amarte.
Déjame, déjame que te olvide
y que nunca me abandone esta suerte
pues que mi cuerpo y alma ya me pide
quererte y olvidarte hasta la muerte.
Ahora dudo si podré conocerte,
dudo si quiera si yo te conocí,
si te encontré o si pude perderte.
Dudo también si ese amor reconocí,
si alguna vez así pude quererte
y con que ingredientes ese amor cocí.
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