Hay momentos
en que tal felicidad te invade,
tal deseo de ser feliz,
momentos tan entrańables
que lloras de felicidad…
Hay momentos
en que la solemnidad es tan grave
que no se admite un desliz.
Momentos trascendentales
que aumentan tu dignidad.
Momentos de una vida
que suponen la vida misma.
Tragedia y alegría que anida
sin que se produzca un cisma
en el alma que siente y vibra.
Embargando de emoción,
anhelando caridad,
Buscando con el corazón
la belleza y la amistad.