No renuncies a nada.
Hay cosas que podrás o no hacer
pero no renuncies, no, a vivirlas.
Desde el alba hasta el anochecer,
hacerlas. Soñarlas y reírlas
en los sueños hasta el amanecer.
Con tu mente, con tu corazón, tu alma.
En tus sueños, en tus alegrías, en tu calma.
En tu dolor, en tu afecto, en tu nostalgia.
Como el niño en su niñez.
Inténtalo. Imagínalas. Vívelas.
Procúralas una y otra vez.
No dejes nada sin hacer,
no te dejes perder.
¡Sueñalo, realizalo!