QUÉ NOS HA ENSEÑADO EL VIRUS SARS-COV-2

Llevamos ya más de un año desde que se inició la propagación del coronavirus SARS-Cov-2. El 11 de marzo cumplió el año la pandemia declarada por la OMS.

Nos pilló desprevenidos la virulencia, valga la redundancia, con que nos atacó y en enconamiento con las personas mayores, en un desigual daño en función de la edad. La única defensa aparente fue el confinamiento indiscriminado pues no se contaba ni con vacunas ni con un arsenal terapéutico probado y efectivo.

Desde entonces se ha corrido mucho, se ha trabajado mucho y se ha sufrido mucho. Al principio no había otra opción que trabajar por contener las respuestas que el organismo de los enfermos infectados desarrollaba y que eran causa de su agravamiento y muerte. Los clínicos y los investigadores se esforzaron, y lo siguen haciendo, por encontrar remedio usando los medicamentos actuales y conociendo cómo se comportaba este virus en su ataque contra las células para a si encontrar remedio.

Hoy, hemos avanzado mucho. Tenemos a las puertas nuevas vacunas desarrolladas con diversas tecnologías que van desde el empleo de virus inactivado o atenuado, hasta la utilización ácidos nucleicos (RNA o DNA) que propicien la síntesis de proteínas víricas en el organismo, o las de proteínas S, que propician la inducción una respuesta autoinmunitaria. Y todo ello, sin olvidar que también se ensayan anticuerpos monoclonales que confieran inmunidad pasiva o terapias celulares para combatir la intensa respuesta inflamatoria que caracteriza al cuadro clínico de la COVID-19 en muchos enfermos.

La experiencia ha hecho que desechemos algunos medicamentos inicialmente empleados, pero, sobre todo, se han comprobado la efectividad de algunos de los existentes y se han desarrollado otros bastante o muy efectivos, que ya se están empleando o que están en fases avanzadas de ensayos clínicos.

Ya se está vacunando a la población. Estamos en una situación de esperanza; todos anhelamos volver a una situación de normalidad. Los médicos, las enfermeras, los pacientes, los ciudadanos, estamos cansados, agotados; pero no desesperados. Sabemos que a la vuelta de la esquina tenemos ya y tendremos más, vacunas que nos protejan y medicamentos que nos curen y que impidan la el desarrollo de la gravedad y la mortandad provocada por este maldito virus.

Pero me gustaría plantear algunas reflexiones sobre el virus SARS-Cov-2 sobre la enfermedad Covid-19. Lo primero que hay que aclarar es la necesidad de diferenciar las medidas de control epidemiológico, es decir de los contagios, y las medidas de asistencia sanitaria de la enfermedad. La inmensa mayoría de los contagiados no desarrollan la enfermedad y hay un porcentaje elevado de la población (sobre todo en los niños y los más jóvenes que son inmunes y no se contagian. El objetivo epidemiológico es luchar contra el SARS-Cov-2, es decir, luchar contra el virus con estrategias de contención de contagios y vacunas.

Una vez que una persona tiene síntomas de la enfermedad Covid-19, es necesaria desarrollar una estrategia que permita su tratamiento temprano y no esperar a que se desarrolle en ingrese en el hospital para tratarla. Lo más importante es evitar la hospitalización y bajar los ingresos en UCI y las muertes. Una estrategia que permita el tratamiento con antivirales y otros fármacos que, tras la experiencia de más de un año, se ha demostrado su efectividad y que deben suministrarse al enfermo, en su mayor parte, antes que desarrolle un cuadro clínico grave de la enfermedad. No solo paracetamol.

Por ello, la estrategia asistencial debe centrarse en el diagnóstico y el tratamiento precoz de la enfermedad, en función de las características de la persona afectada, sobre todo si se identifica como perteneciente a la población de riesgo (mayor de 65 años, con patologías previas, etc.)

Una vez que una persona está infectada ya no valen las vacunas y, una vez que desarrolla la enfermedad es necesario la aplicación de la estrategia antes comentada que, en principio, debería gestionarse por los equipos de primaria en un proceso integrado y de estrecha colaboración con los servicios especializados de atención al Covid19. Nuestra experiencia es que ha habido un fallo total, un colapso, un bloqueo, que ha afectado seriamente tanto a los profesionales sanitarios, que se han visto impotentes, como a los pacientes, que se han sentido desatendidos. Hemos mezclado las actividades epidemiológicas con las asistenciales, la prevención con el tratamiento y así nos ha ido. No hemos resuelto ni una cosa ni la otra, recurriendo una y otra vez al confinamiento indiscriminado de la población.

Luis Ximénez — Madrid 26 Marzo, 2021 – 4:08 Pm

En la última cita organizada por la Fundación Bamberg, destacados gestores y especialistas se han unido para confirmar que mantienen su pulso ante una enfermedad que no remite en su gravedad, declaración de intenciones, y constatación de hechos que se llevaron a cabo dentro del ciclo ‘Saliendo de la Crisis del Coronavirus‘, a lo largo la sesión titulada ‘Qué nos ha enseñado el virus SARS-Cov-2, avances en la lucha contra los virus‘.

La actualidad que nos mueve

Como ya es tradición en estos encuentros, el presidente de la Fundación Bamberg, Ignacio Para, resumió, en líneas de vibrante actualidad, los temas de mayor calado a debatir por las personalidades congregadas en este acto. En esta ocasión, su discurso sirvió de introducción al análisis de las experiencias y expectativas que representan las vacunas contra el virus SARS-Cov-2 y el juicio clínico que merece la Covid-19 a tenor de los actuales tratamientos y los que están próximos a llegar.

Para hacer posible esta doble misión, Ignacio Para agradeció el patrocinio de las compañías biotecnológicas GSK y Gilead. Al haberse superado un año de coexistencia con el coronavirus SARS-Cov-2, en el planeta, desde que, el 11 de marzo, la Organización Mundial de la Salud (OMS) declarara la calificación de pandemia para la nueva enfermedad reportada por China el último día de 2019, ve claros signos de mejora.

Todo después de haber superado meses terribles en los que el nuevo mal diezmó a la población de edades más avanzadas, sin apenas oposición terapéutica ni más reacción que los indiscriminados, y casi siempre angustiosos, confinamientos de las personas.

Estrategias inéditas

De allí nació un reforzado entusiasmo de clínicos y investigadores consagrados a encontrar remedios y medios de prevención con los que adelantarse al agravamiento de la enfermedad y su dramático desenlace en cientos de miles de casos que ya son millones.

Ello hasta alumbrar descubrimientos sin parangón, como el uso de ácidos nucleicos ARN y ADN, capaces de generar en las células humanas la misma proteína S de las diabólicas espículas del patógeno, con el fin de generar la deseada respuesta autoinmunitaria.

Para unió a ello el hallazgo de los anticuerpos monoclonales que confieran inmunidad pasiva y las terapias celulares que llegan para combatir la respuesta inflamatoria excesiva que se produce en los casos más graves provocados por el nefando virus.

El presidente de la organización convocante apuesta por estrategias que permitan reducir al mínimo los contagios y evitar que, cuando se produzca la transmisión de manera inevitable, el sistema asistencial impida que las personas afectadas tengan que ser hospitalizadas o que llegar a las Unidades de Cuidados Intensivos (UCI).

Ello sin olvidar, observó Para, que las vacunas son eficaces antes de los referidos contagios y que, para la prevención de la enfermedad y la promoción de la salud, ya resulta inaplazable reforzar una Atención Primaria alejada de todo su potencial durante años de abandono, a pesar de la enorme calidad de sus profesionales.

Más mortalidad de la esperada

La invitación al diálogo de Para se centró en temas como la mortalidad y su respuesta ante las distintas formas de actuar dentro del sistema sanitario, la persistencia de los temores en la sociedad y la importancia de conseguir actuaciones precoces en la enfermedad y previas a una infección que se expresa de formas muy distintas en las personas.

Todo junto a la urgencia de completar un arsenal más amplio y diverso ante el caprichoso comportamiento del patógeno, y al tiempo que todos los gestores sanitarios se convencen de que algunas inversiones iniciales conllevan el germen del ahorro al atajar enfermedades de desarrollos más costosos, entre las que la Covid-19 no es una excepción.

En su interlocución final con los ponentes, y después de dar la palabra al catedrático emérito de Microbiología de la Universidad Complutense de Madrid (UCM), el doctor Cesar Nombela, el propio Para les dio pie a formular sus más apremiantes peticiones a los políticos sanitarios, los gestores, los profesionales asistenciales y los pacientes.

Entre la duda y la certeza

Cesar Nombela hizo una introducción discursiva a este acto con mención a las más de 100.000 publicaciones científicas de investigación original que motivó la Covid-19 en su primer año de historia. Desde su responsabilidad como consejero científico de la Fundación Bamberg, destacó siete puntos capitales por los que es más necesario que nunca dar la respuesta más completa posible a la presente pandemia y las que vendrán, porque no tienen nada de ilusorias y sí propician unas realidades muy perturbadoras.

Aludió, además, Nombela a que la Organización Mundial de la Salud (OMS) registra, desde 2015, una veintena de patógenos emergentes, entre los que, junto al ébola, cobran protagonismo los coronavirus y otros patógenos de ARN.

Salto zoonótico

Ubica este catedrático el peligro de estos diminutos agentes, nunca en sus efectos, en el salto zoonótico a la especie humano, con el insuficiente consuelo de que disponen de un mecanismo de reparación que les impide mutar de forma exponencial.

A pesar de que el reservorio animal del SARS-CoV-2 se plantea más oscuro que en los casos de SARS-1 y MERS, Nombela apuntó al murciélago como animal intermediario, junto a otras dudas, como saber si, finalmente, el nuevo patógeno se convertirá en un virus estacional, como la gripe, los paralelismos con las bronquiolitis infantiles y la persecución de la inmunidad colectiva.

Todo ello sin que sea previsible prescindir de medidas “medievales”, aunque efectivas, como son la reducción de aforos, las mascarillas y la interacción a distancia entre las personas. Estima este ponente hay que avanzar en la epidemiología predictiva, según modelos basados en datos previos.

Aún no se explotaron los ingentes datos generados por la pandemia y se ignora quienes son los individuos más contagiadores, aunque hay experiencias internacionales muy interesantes sobre la movilidad de los contactos mediante geolocalización por teléfonos móviles y tramos de edad.

Muchos prototipos y ensayos

Alabó Nombela los 180 prototipos de vacuna que hay en el mundo en investigación pre clínica y los 60 ensayos clínicos que analizan la inmunidad de las mucosas del organismo humano y sobre nuevas formas de administración, a falta, todavía, sin embargo, de un tratamiento inicial para el SARS-CoV-2 que también aporte valor preventivo.

Ello desde la premisa, también, de salir al paso de los casos que empeoran hasta el fallecimiento. En espera también del informe de la comisión de la OMS a China, este profesor mantuvo viva la intriga por un patógeno que mantiene al 80 por ciento de la población en situación a la vez asintomática y contagiadora.

Entre las preguntas que todavía no tienen respuesta firme, Nombela citó la duda de saber si el nuevo agente infeccioso acabará siendo un virus como el de la gripe y sobre hasta qué punto son esenciales los polimorfismos, como, por ejemplo, el sexo del paciente, con mayor daño para los varones.

Ejemplos patrios

También aludió este ponente al reposicionamiento de fármacos, como la plitidepsina, de la compañía farmacéutica PharmaMar, al aplicarse a la Covid-19, además de al cáncer, junto a muy estimulantes investigaciones, como realizan algunos médicos de su Toledo natal, en Yepes, con el uso combinado de azitromicina y antihistamínicos en pacientes hospitalizados por la nueva enfermedad, aunque no críticos, además de la fabricación de vacunas por parte del laboratorio Zendal, de Galicia, a instancias del doctor Carlos Martín, que es el catedrático de Microbiología de la Universidad de Zaragoza (UNIZAR).

Con el verbo presto

El doctor Ignacio López Balboa, que es patrono de la Fundación Bamberg, abrió la primera mesa a los ponentes invitados, pero, antes, dudó si las dificultades en la vacunación contra la Covid-19 en la población española podrían responder a problemas logísticos, como los de la alimentación en el planeta, dado que el hambre en el mundo coexiste con sobreabundancia de comida que, sin embargo, no puede llegar a los que más carecen de ella.

También, Ignacio López Balboa aludió a deficiencias en las comunicaciones por parte de la OMS, al haber asimilado a la Covid-19 una mortalidad incluso inferior a la de la gripe, a riesgo de que caiga una comunicación así en algún periodista de mente calenturienta.

Incertidumbre y probabilidad

En su habitual repaso a los clásicos de la ciencia y la cultura, rescató López Balboa el concepto de William Olser por el que la Medicina es, a la vez, ciencia de la incertidumbre y arte de la probabilidad, junto a Calderón de la Barca, cuando dijo que no hay veneno que no de pie a su remedio, ni lectura de los textos médicos que no pueda llevar a morir por un error de imprenta, si el que los lee es un profano en la ciencia de Esculapio, como provocó Mark Twain.

Pidió este patrono a los ponentes refutar con argumentos las opiniones que brotan de los sentimientos, especialmente en el terreno de las vacunas, para que la gente no pierda la fe en la ciencia, al tener presente que lejos de ella solo existe la estupidez, la molicie y la nada.

Dudar con humildad

Anotó López Balboa dos reflexiones finales, como son escuchar siempre a los que más saben y lo expresan desde la humildad, en la creencia compartida con Bukowski, de que la duda es patrimonio de los inteligentes, mientras que los necios se aposentan en su autoconfianza, en un mundo del que ya dijera Winston Leonard Spencer Churchill Churchill que, aún teniendo salud, nunca puede caber un buen pronóstico por más tiempo que pase.

De esta forma, este patrono instó amablemente a los especialistas reunidos para que impidan que aquellos que plantan la semilla del error y la confusión en las nobles cabezas de la gente, no consigan el rédito de su rebelión.

Contra la infodemia

La coordinadora el grupo de vigilancia de Gripe del Centro Nacional de Epidemiología (CEN), Amparo Larrauri, resaltó los patrones de eficacia y seguridad de las vacunas contra la Covid-19, sin perjuicio de que su capacidad logística no haya podido emular todavía a la excelente inmunización infantil que se hace en España, para ejemplo de muchos países.

Amparo Larrauri se mostró, por otro lado, muy combativa contra la infodemia que nos invade y que es capaz de silenciar los discursos de los especialistas en epidemiología, con olvido, se enojó, de que no haya filtros para la perversión de las informaciones.

Tres pandemias en un sólo planeta

El jefe del Servicio de Control de Enfermedades Transmisibles de la Dirección de Salud Pública de la Xunta de Galicia, el doctor José Antonio Taboada, recordó que hay tres pandemias en el mundo que obligan a mantener muy vivos los sistemas de a alarma.

Una es la tuberculosis, que afecta a la tercera parte de la Humanidad y es la primera causa de mortalidad infecciosa en los países de rentas bajas; la pandemia del VIH-sida, que no tiene vacuna y mata a 700.000 personas al año en el mundo, a pesar de haber sido cronificada; y la omnipresente, y todavía omnipotente, Covid-19.

Mal, este último, al que ya se pueden oponer cuatro vacunas, junto a otras que vendrán, a pesar de las imprecisiones del plan lanzado desde la OMS, y según se puedan gestionar las precaución de temperaturas muy bajas y no agitación de los viales de las vacunas de ARN mensajero.

En cuanto a sus peticiones personales, José Antonio Taboada distinguió la objetividad al transmitir la ciencia, con el problema que supone que las universidades generan conocimientos pero no habilitan a sus graduados para transmitirlos a la sociedad.

Entre Benedetti y Voltaire

El presidente de la Asociación Española de Vacunología (AEV), el doctor Amos José García, se quejó, como Mario Benedetti, de que le cambiaron todas las preguntas, en la Covid-19, cuando tenía todas las respuestas, sin olvidar a Volteire, cuando lapidó que solo la necedad está segura en sus certezas, mientras que la inteligencia solo tiene tiempo para dudar.

Amos José García aprecia cierta petulancia en los países desarrollados cuando recibieron la primera pandemia del siglo con la guardia baja, sin haber reforzado sus infraestructuras de Salud Pública, caracterizada por sus plantillas envejecidas junto a una Atención Primaria también disminuida, petulancia que también confirmó en la compra de vacunas y su posterior distribución.

Medidas compartidas

Entre las medidas pasivas de convivencia por imperativo de la autoridad sanitaria, este preventivista recalcó a la ciudadanía los medios clásicos de contención de los contagios, como son higiene de manos, mascarillas y distancias interpersonales.

Se dolió García porque cada vez es más difícil trasmitir mensajes claros y bien fundados a la población, al existir un exceso de información y unos políticos que se meten a epidemiólogos, sin que se escuchen bien los discursos honestos, veraces claros y directos que son la divida de la ciencia.

Enfermedad muy grave

El jefe del Servicio de Enfermedades Infecciosas del Hospital Vall d’Hebron de Barcelona, el doctor Benito Almirante, advirtió de que la convivencia con la Covid-19 será larga, a pesar de que las vacunas hagan muy bien sus trabajo, para avisar, después, de que el arsenal terapéutico para una enfermedad tan grave, aunque de letalidad contenida, todavía es insuficiente.

Persisten cuadros clínicos muy severos y acelerados con complicaciones extremas y largas estancias en UCI, dado que la Covid-19 es un mal en absoluto banal, como bien sabe en carne propia el jefe del Servicio de Enfermedades Infecciosas en el Hospital Universitario Ramón y Cajal de Madrid, el doctor Santiago Moreno, también ponente en esta cita de la Fundación Bamberg.

Más allá del tracto respiratorio

Dentro de las dificultades que plantea esa patología, señaló Benito Almirante que es sistémica y muy distinta a la que se vio en Wuhan, hace algo más de un año y aparentemente circunscrita al tracto respiratorio, cuando hoy se sabe que supone un ataque con lesión vascular al endotelio y secuelas graves, sin que exista, todavía, según lamenta, un antiviral maestro que impida su cascada de efectos, incluso cuando los pacientes pasan los mayores peligros.

Pide Almirante a los políticos que inviertan en salud, con mayúsculas, porque eso es bueno para todos, incluidos ellos mismos, a la vez que los gestores salen de sus despachos y los laboratorios farmacéuticos amplían su visión más allá de las indicaciones exactas de sus fármacos.

En espera de antivirales directos

El jefe del departamento de Enfermedades Infecciosas del barcelonés Hospital Germans Trías i Pujol de Badalona, el doctor Juliá Blanco, partió de su especialización en VIH para confirmar que la naturaleza tiene muchas sorpresas reservadas a las personas, dada su vulnerabilidad.

Además, Juliá Blanco señaló que la salud animal y ambiental también son parte de la humana. Así, aprecia en la rapidez de las vacunas que se conociera con antelación a la pandemia la proteína del patógeno atacable a través del ARN, razón que explica el fulgurante éxito de las nuevas, como compensación a la ausencia, todavía de antiviral de acción tan directa como completa.

Esto será posible, juzga Blanco, porque se podrán enfrentar inhibidores a una proteasa del virus que se conserva bastante bien, aunque no negó que será todavía complejo impedir la inflamación exacerbada cuando esta se manifiesta inevitable.

Ánimo y valor

Comentó este ponente, además, que los anticuerpos monoclonales, muy usados en VIH, ahora se aplican al SARS-CoV-2 dentro de reducidas ventanas de oportunidad, pero como buena base de trabajo.

En su lista de reclamaciones para los agentes del sector salud, Blanco solicita transparencia política en la negociación de las partidas de vacunas que no llegan, polémica de la que excluyó, naturalmente, a Gilead y GSK, mientras que los gestores que no cedan a la tentación de dejar de lado la investigación, con ánimo y confianza, además, para los pacientes, frente a una pandemia aún puede durar.

La Covid-19 también mata a la gente joven

Santiago Moreno empezó con elogios para la organización de este acto, los compañeros ponentes y la industria farmacéutica por su ayuda imprescindible frente a la pandemia. Según repasó, ninguno de los medicamentos reposicionados al principio de la pandemia confirmaron su utilidad atribuida, salvo el antivírico remdesivir, cuando se emplea en alguna fase de enfermedad; los antiinflamatorios esterorides, como la dexamotasona; y los anticuerpos, como tociluzumab.

Echa de menos, por tanto, Moreno, el fármaco que ponga freno a la enfermedad desde el primer síntoma para evitar las hospitalizaciones, aunque también debería haber medicamentos, razonó, que impidieran el paso de la planta a la UCI, en aquellos casos en los que sea imposible evitar el agravamiento de la enfermedad.

Concretamente, afirmó este ponente la sorpresa que supuso la dexametasona, medicamento prácticamente olvidado para muchos, a la espera también de antiinflamatorios e inmunomoduladores con efecto más armónico para evitar los exitus, además de uso potencial y potente en los pacientes con respiración asistida.

Letalidad baja y masiva

Aunque la mortalidad por la Covid-19 es baja, y a veces inferior a su umbral del 1 por ciento, o menor, este infectólogo atribuye el alto número de fallecidos a la gran cantidad de gente que se contagia, por lo que sugiere la universalización de escalas de predicción de supervivencia en la Covid-19, porque, tal como aseguró, nadie está libre de morir por esta enfermedad, aunque no se tengan 85 años, dado que ya se pueden contar muertos de todas las edades, aunque algunos jóvenes todavía no sean conscientes de ello.

En sus peticiones, Moreno destacó la ejemplaridad del mando único, alejada de tanto en tanto en algunos comportamientos habidos en las instancias superiores, con pesar por la Salud Pública y la Atención Primaria, dejadas a su suerte, junto a una generosidad innegable por parte de la industria, ya demostrada en otras muchas crisis.

Desde el Isabel Zendal

El coordinador general del Hospital de Emergencias Enfermera Isabel Zendal de Madrid, Fernando Prados, detectó falta de evidencia científica inicial, y desbordamiento por saturación en los servicios asistenciales, durante la primera ola de la Covid-19, hecho catastrófico e inédito con paralelismos disponibles únicamente en la bibliografía especializada.

Dentro del trabajo actual de este hospital, Fernando Prados incluyó el diseño de unidades de rehabilitación porque la enfermedad tiene un largo recorrido de alteraciones pulmonares graves después de haber sobrevivido a largas estancias en UCI.

Ello en un centro que se planteó como nexo y destino para toda la red asistencial de la Comunidad de Madrid, y el país entero si se le requiere, dada su alta especialización en el manejo de la Covid-19, beneficios que, según precisó Prados, ya constataron 3.000 pacientes.

A pesar de ser gestor sanitario en ejercicio, este ponente se atrevió a formalizar las peticiones solicitadas por Para, entre las que situó la exigencia de mantener la investigación en las agendas políticas, atenuar el hospitalcentrismo con mayor protagonismo para Atención Primaria, implicación ciudadana creciente y que nunca cunda el desánimo en el sector farmacéutico, a la vez que ensancha sus territorios de participación.

Evidencia temprana y sostenida

La directora médico de Gilead Sciences en España, la doctora Marisa Álvarez, planteó su exposición a partir de las tres décadas de experiencia de este laboratorio en Virología, trayectoria en la que destacó los avances contra el ébola, gracias a remdesivir, y su muy temprano aprovechamiento en SARS-CoV-2.

Para ello, evocó Marisa Álvarez, fueron muy ágiles las comunicaciones establecidas entre esta corporación biotecnológica y las autoridades sanitarias e investigadores de China, al despuntar la utilidad del fármaco en los primeros ensayos clínicos, a lo que siguió un semestre de evidencia suficiente para su nueva indicación en las regiones más desarrolladas del planeta, indicación referida a pacientes adultos con neumonía y requerimiento no invasivo de oxigenoterapia.

Un total de 37 hospitales españoles

Tal como refirió Álvarez, fue vital para este notable avance la investigación desarrollada en el mundo, en la que participaron, de forma imprescindible, 37 hospitales de España, con lo que pudo acreditarse un acceso rápido a esta terapia, además de su eficacia y su seguridad, en paralelo a las plantas de Gilead, que multiplicaron por 50 veces su capacidad de producción.

La directora médica de esta compañía reiteró que la recuperación de la persona con la Covid-19 es más rápida con remdesivir, según quedó recogido en el correspondiente suplemento de la revista The New England Journal of Medicine, al confirmarse beneficio clínico en los primeros nueve días de la enfermedad y posteriores, además de ofrecer una reducción en las hospitalizaciones de 12 a 17 días respecto a placebo y una elusión de la ventilación mecánica del 43 por ciento.

Además de esta mejora en la recuperación de dicho paciente y una reducción de la presión asistencial en camas y UCI de hospital, Álvarez adelantó que esta compañía avanza en su estudio de este fármaco en poblaciones especiales y su probable nueva administración por inhalación.

Tratamientos imprescindibles

Otra buena noticia, argumentó esta ponente, hasta que se logre la inmunización general de la población gracias a las vacunas para el SARS-CoV-2, en el camino también a poder contar con nuevos antivirales orales capaces que bloquear el progreso de la enfermedad, tanto en los hospitales como en el medio comunitario al que esta compañía ya está abierta.

En su manifestación de deseos alcanzables, Álvarez pide una buena política de vacunación a los políticos, apoyo y comprensión de los gestores y apoyo sin fisuras a los ensayos clínicos, dado que, aseveró, la investigación no puede parar nunca, cuando se trata de salvar la vida de los pacientes.

Antes de la inmunidad total

También desde la industria biofarmacéutica, el responsable del arsenal terapéutico para la Covid-19 en GSK, Rafael Cuervo, lamenta el exceso de mortalidad esperada, y habida por el nuevo patógeno frente a la natural de otros años, además de la extenuación de los profesionales sanitarios después de más de un año de entrega absoluta.

De este esfuerzo también saben las compañías como prestar su mayor apoyo, corporaciones que supieron dejar de ser competidoras para colaborar estrechamente desde que empezó la pandemia, como confirmó este directivo.

Destacó Rafael Cuervo la mejor manera de entender las necesidades de los virólogos, mediante la escucha activa y gracias a la prevención con unas vacunas que serán perfeccionadas de manera progresiva, pero también desde la incorporación de tratamientos que sean capaces de evitar las hospitalizaciones y los fallecimientos.

Mortalidad todavía inasumible

Aunque se mejoró en el abordaje de la nueva enfermedad, este ponente aseguró que, desgraciadamente, las cifras de mortalidad se mantienen todavía altas, por lo que es insoslayable redoblar los esfuerzos de todos para mantener a salvo la salud de las personas y devolverles a unas realidades sociales no tan desvirtuadas. En ese empeño, sitúa los tratamientos individualizados para cada paciente y el trabajo de esta compañía para que las personas que enferman de SARS-CoV-2 no empeoren.

Así, Cuervo pide que políticos y gestores cambien la percepción de gasto por la de inversión y se refuercen todos los niveles asistenciales, consejo de los profesionales sanitarios y sus pacientes para que la industria desarrolle nuevas propuestas terapéuticas cada vez más eficaces.

Punto y seguido

Cerró esta sesión el presidente del Consejo Asesor de la Fundación Bamberg, Mario Mingo, con un nuevo ejercicio de síntesis en el que no dejó fuera nada de lo sustancial entre todo lo dicho por los gestores y especialistas que acudieron a la llamada de esta entidad.

Como explicó Mario Mingo, hubo siete conclusiones en paralelo a los siete aspectos enumerados por Nombela, extractados en la necesidad de actuar a tiempo frente al SARS-CoV-2 para evitar las hospitalizaciones, los cuidados intensivos y los fallecimientos, ahora que se detecta el patógeno antes, más y mejor, con la rémora, sin embargo, de que el programa de vacunación va lento al no disponer de las necesarias dosis y resultar más compleja de lo previsto su distribución y administración.

Los ponentes opusieron una buena acogida por parte de la población para este insustituible medio de prevención, sin abandonar nunca el más elemental sentido de la prudencia porque, como confirmaron los especialistas, no cabe duda de que llegarán nuevas epidemias que, nuevamente, requerirán la responsabilidad de todos, en el camino también a disponer de nuevos y completos antivirales y antiinflamatorios que sumen su eficacia a la de remdesivir y los anticuerpos monoclonales descritos.

El 29 de marzo, Inteligencia Artificial (IA)

Para, recordó, en varios momentos de esta jornada, que este lunes, 29 de marzo, en horario vespertino, se llevará a cabo la sesión titulada ‘La importancia de los datos y la inteligencia artificial en la transformación de la medicina‘, en la que un selecto grupo de especialistas compartirán el actual estado de implantación de los desarrollos de la Inteligencia Artificial (IA) en los sistemas de salud del país, con especial atención también al aprovechamiento del big data.

Igualmente, el máximo responsable de la Fundación Bamberg emplazó a todos a una sesión para el mes de abril y que versará sobre daños colaterales de la Covid-19, como es la desnutrición de los pacientes que superaron la enfermedad, entre otros problemas de importancia.

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