Llegan los recuerdos frescos y vivos
de los días alegres de juventud,
de la niñez los ecos afectivos,
que avivan y brillan en la senectud.
Y haciendo todo un continuo presente
de todo aquello que fue, es y será
vivo así de manera permanente
un presente que nunca acabará.
¡Cuándo llegará el futuro pasado
que anhelo y añoro; la vida perdida
en la que todo estaba acompasado!
Aquel que me restañará mi herida
de todo aquello que hubiera amado
durante toda mi larga vida…
.