La fantasía, lo aparentemente imposible, la imaginación, son la fuente de la innovación; la fuente del arte y de la ciencia.
La fantasía es la forma en como vemos las cosas. La fantasía enriquece nuestra forma de ver, de sentir, de vivir y de relacionarnos con la realidad.
La fantasía está en la base de todo progreso humano. Está en la base de la felicidad.
La fantasía nos procura sensaciones de bienestar y felicidad en hechos cotidianos como tomar una sopa caliente y sabrosa o al arrebujarnos cómodamente en la cama, aportando momentos de felicidad al sentirnos como príncipes y reyes de nuestra casa.
Sin fantasía todo sería anodino cuando no desgraciado. Sin fantasía solo nos queda la conciencia de la frugalidad de la vida y el sinsentido de la muerte.