Leyendo los comentarios en internet a las noticias de los periódicos digitales no tengo más remedio que llegar a la conclusión de que una gran parte de la sociedad española está enferma. Se destila odio, resentimiento, envidia, violencia, sectarismo y dogmatismo y… sobre todo, incultura e indolencia
Es difícil sobreponerse a esta conclusión y difícil prever como se podría salir de esta situación en que la crispación, la confrontación y el pasotismo imperan por doquier.
En la sombra queda una ¿mayoría? silenciosa incapaz de salir de su ostracismo ni siquiera para votar.
La falta de un proyecto común, la ignorancia y la desafección hacia nuestro propio país, hacia nuestra cultura y nuestra historia, deja a la sociedad sin norte, sin referencias, sin valores, y sumergida en un permanente relativismo a merced de los populismos y dogmatismos extremos.
A merced, lo iremos viendo poco a poco, de dogmatismos político-religiosos como el Islamismo que irá llenando ese vacío moral y físico. Físico porque ante nuestro acelerado decrecimiento de la natalidad, el Islam penaliza la ausencia de hijos y mantiene, como uno de sus medios de expansión, el crecimiento acelerado y expansivo de la natalidad de sus creyentes. Es uno de los brazos de la Yihad.
Recordad: Los animales enfermos son los elegidos por los lobos y los buitres. ¿Es ese nuestro destino? ¿Es lo que queremos para nosotros y nuestros hijos e hijas?