Entra un límpido y fresco aroma
tras una lluvia intensa y cercana;
entra vivo y fuerte por mi ventana
y un rayo de felicidad asoma.
Cuando el hilo de mi vida se tensa
de una vida a veces dura y sana
ya despejada, fresca y lozana,
me llega una felicidad inmensa.
Una lluvia que la mente despeja
aclarando las ideas y el alma
que los aromas de la vida deja.
Y una gran ventana a la vida abierta,
al cielo y a las montañas, con calma
y con la alegría de quien acierta.
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