Siempre huyendo…
de sí mismo,
alejándose de su realidad;
aun de aquella imaginada,
de aquella por él inventada.
Tras una vida construida
alrededor de sí mismo,
esforzada y reforzada
con inteligencia y voluntad,
con talismanes y fetiches
que materializaron sus ideas.
Símbolos a los que agarrarse,
símbolos en los que apoyar
su inseguridad basal.
Una vida sin amigos,
sin amigos de verdad,
una vida en soledad.
Un tiempo ya perdido
sin bondad y sin maldad.
En su ombligo recluido
escondiendo su realidad,
renunciando a la belleza
renunciando a la felicidad.
Queda mucho de ti mismo:
Tu entrañable amistad,
tu música y tus libros
para toda la eternidad
que en la tierra del olvido
en polvo se convertirán.