La solución al aborto no pasa por su criminización sino por cambiar la cultura del aborto por la cultura de la maternidad. O ensalzamos y cuidamos a las madres y a las familias o los abortos continuarán.
Las madres son lo más importante para el desarrollo de nuestra sociedad, para la inculcación de los valores esenciales, la protección de la infancia y el mantenimiento de nuestra cultura y nuestra demografía autóctona. Son las constructoras del futuro y verdaderas héroes en este mundo equivocado, egoísta y ciego que se comporta injustamente con ellas y las familias.